27 may 2013

Sexting

"Te echo de menos" le envió el chico a través del móvil, con una carita de pena.

"No me echarás mucho de menos cuando te vas con tus amigos antes que venir conmigo... cabrón". Pensó Laura desde su sofá y con su pijama ya puesto.

Y al capullo no se le ocurre otra cosa que enviarle una foto demostrándole lo "mal que lo estaba pasando" sin ella.
Los dos Gin Tonics que se había preparado para ahogar las penas después del chocolate hacían que su sangre hirviera más de lo normal... "Quieres fotos?... vas a tener fotos".
Lo primero que hizo fue quitarse el pantalón, quedándose en las braguitas que usaba para estar en casa. Pensó en algunas fotos que había visto por la Web y abriendo las piernas (no demasiado) hizo "click" con su móvil desde arriba, dejando ver sus bonitas pantorrillas y el gracioso estampado de las braguitas. Apretó "Enviar" sin pensar demasiado.... y los dos "cheks" de leído, se encendieron demasiado rápido.
"Esto te pierdes amigo" le escribió a continuación.
"Wowwww" le respondió el chico más tarde de lo esperado.



Laura sonríe, sabe que le ha puesto nervioso. Piensa que ahora sí que lo está pasando mal y que ahora sí que la está echando de menos.
Para la siguiente foto se desprende de la parte de arriba del pijama. Sus bonitos pechos quedan al aire. Los toma con el antebrazo izquierdo, tapando justo por encima de los pezones. "Click" de nuevo... pero no le gusta. Laura aprieta ligeramente los dos pechos contra su antebrazo para subirlos y que se vean como dos dulces flanes. "Click".... "perfecto" piensa.
"Enviar"...... doble check... segundos..... minutos..... "Joder, no la ha visto, será mamón" piensa Laura.
"Piiinnnggg" Suena el móvil de Laura que con una sonrisa, abre el mensaje: "Mi niña.... que maravilla. puedo pasarme por tu casa ahora? Hemos acabado aquí"
A Laura se le encienden los colores, rabia, odio, todo se le enciende. Y allí en su sofá y solo con sus braguitas puestas, tiene la mente tan fría que le responde: "Sí... te espero".
Pasaron 20 lentos y odiosos minutos hasta que sonó el timbre del portal.
Pasaron 55 rápidos y nerviosos segundos hasta que sonó el timbre de su puerta.

Laura se levantó del sofá, con sus bonitas braguitas, sus piernas al aire y sus tetas moviéndose al ritmo de sus pasos.
Abrió la puerta, rápido, del todo, sin pensar. Allí estaba el chico que la había plantado esa noche, que con cara de bebé hambriento se quedó mirando los bonitos pechos de su rubia amiga.

- Hay que saber elegir.... - Le espetó desde el otro lado del marco, con los pies a la altura de los hombros, con un brazo sobre su cadera y con el otro en la puerta.
Y con un movimiento felino, cerró la puerta en las narices del chico.

Tranquilidad, sosiego, sus labios dibujaban una maliciosa sonrisa.
Cuando se sentó de nuevo en el sofá, semi desnuda, notó que su respiración era rápida, casi jadeaba. Cogió el móvil y revisó una vez más que en ambas fotos no se viera su cara. Las revisó con gusto... "No estaban nada mal" pensó.
Se recostó en el sofá, con una sonrisa en la cara y aún semi desnuda, se dejó llevar.


No iba a ser tan mala noche después de todo.






Para Norleva