17 jun 2013

Disfraces

La casa estaba lista... la fiesta también. Solo faltaban los cerca de 45 invitados que asistirían a una de las fiestas más populares de los últimos años. A base de esfuerzo, elegancia... y dinero, habían conseguido que la fiesta de la noche de Halloween en su casa fuera la más demandada dentro de su círculo de amistades.

Y eso les gustaba.

Eran un matrimonio de clase alta... bastante alta, el era cirujano y tenía (como no) su clínica privada. Ella abogada en un importante buffet de la capital. Dos hijos (hija e hijo) preciosos, listos y responsables. Su vida era ejemplar. Ningún escarceo fuera del matrimonio (y oportunidades habían tenido). Se podía decir que era el paradigma del matrimonio ejemplar y con clase.

Alberto era moreno, buen físico debido a las horas en el gimnasio, rozando la cuarentena
Melisa era delgada, hacía las mismas horas o más que su marido en el gimnasio. Morena de pelo largo, bonita cara solo retocada en los labios y el tatuaje permanente que se había puesto en la raya de los ojos.

Sus hijos, Beatriz y Daniel, de 9 y 11 años, eran un calco de sus padres, guapos, listos. No se podía pedir más.

Para esa noche y siendo festivo al día siguiente, los dos niños se quedaron a dormir en casa de sus abuelos maternos. Dejando la casa para la fiesta de "los mayores".

La chica que hacía las cosas de casa, que prácticamente vivía con ellos, se despidió de ellos tras haber terminado de ordenar el salón con todos los platos, bandejas de pinchos y las primeras botellas de alcohol en hielo. Le habían dado la noche libre y la joven tenía planes mucho más entretenidos y sexuales que estar allí con esa gente tan "ricachona".

Sobre las 22.00 de la noche comenzaron a llegar los invitados. Al ser una barriada tranquila y alejada del centro era fácil dejar los coches cerca de la casa.

En el piso de abajo comenzaron a juntarse abogados, jefes de bancos, médicos, jueces, abogados. Gente que no era la élite pero que estaba cerca de ella.
Ya estaban los cuarenta y tantos allí tomando los canapés y bebiendo vino, champán o whisky los más atrevidos.
Comenzaron a hacerse los típicos grupos de hombres por un lado y mujeres por otro. Apenas había gente en el jardín. En invierno hacía mucho frío, pero los que fumaban allí estaban con mucha más tranquilidad que los de dentro.
Ah, sí... Os preguntareis que tal los disfrazes.
Los había de todos los tipos y formas. La mayoría de hombres había elegido super heroes. La edad media de la fiesta eran los casi cuarenta y esa época de niño semi friki los había marcados. Spidermans y Batmans ganaban a los Thor y Supermanes.
Las mujeres, lógicamente, eran más escogidas: Princesas, alguna heroína, enfermeras (alguna sexy), policías, vaqueras... La calidad y la variedad era mucho mayor que en los disfraces de los chicos.

Melisa iba de Rokera de los años 60, leggins negros, brillantes y muy ajustados, camiseta con hombros al aire blanca y cazadora de cuero negra
Alberto había elegido un Spiderman muy elaborado, cuerpo entero, máscara incluida. No era al único pero si podía decir que era el mejor.


Pasaron las horas, eran casi las 2 de la madrugada y algunas parejas ya se habían ido (pocas), otras seguían hablando de negocios (muchas) y otras ya estaban algo ebrias (pocas)
Melisa intentaba controlar a su amiga Eva, que se puede decir que estaba ligeramente enganchada a los Gin Tonics. Eva era de las enfermeras sexys, estaba pasando una crisis en su matrimonio y eso no le ayudaba a controlar su "pequeña adicción". Melisa trataba de mantenerla sentada y distraerla con conversaciones banales... pero era difícil. Su marido estaba en amena conversación con una policía de corta falda y Eva ya estaba pensando en infidelidades (que las hubo) y en celos. Después de 30 minutos de charla y de tratar de que Eva cerrara las piernas, o las cruzara, debido a su estado ebrio y su enfado, Melisa logró que el marido de esta, Victor, se la levara a casa. El enfado de este era evidente; una bonita policía estaba contándole no sé que secreto profesional y tener que llevar a la borracha de su mujer a casa no le hacía demasiada gracia.

Melisa estaba cansada, algo bebida y decidió subir a su dormitorio, con la excusa de descansar un rato tras hacer de psicóloga de Eva. Algunas voces de negación, pero desde las escaleras les dijo que siguieran con la fiesta que ella bajaría de nuevo en breve (aunque sabía que iba a ser difícil).

Marcos y Luis eran amigos de Alberto desde el colegio, se perdieron la pista durante la universidad, pero el destino los llevó a reecontrarse en la ciudad una vez asentados los tres con sus buenos trabajos. La amistad creció con los años y nunca hubo problemas de ningún tipo, ni celos, ni envidias..... miento, envidia sí, se llamaba Melisa y estaba casada con Alberto.
Durante su noviazgo Alberto sabía que ambos trataron de "robarle" el tesoro, pero no fueron más que coqueteos de caballeros hacía una chica con novio. Ambos leyeron divertidas y "picantes" palabras el día de su boda.

Pero el deseo... el deseo es superior a la amistad, recordad eso amigos.

Ambos eran de los pocos que habían ido a la fiesta y estaban solteros. A Luis se le había acercado una compañera del buffet de Melisa con claras intenciones de no pasar la noche sola. Chica rubia, disfrazada de super heroina sexy (una mezcla de Catwoman y traje de practicar bondage) y toda una preciosidad... pero los planes tanto de Luis como de Marcos eran otros... muy diferentes.

Unos días antes de la fiesta sonsacaron a Alberto de que iría disfrazado y copiaron su idea. En la casa ahora había 4 Spidermans. Alberto se había contrariado ligeramente cuando los vió entrar en su casa con el mismo disfraz... y se había enfadado cuando vió que un acompañante de una amiga de Melisa tamibén lo llevaba.

Pero el plan, era el plan y ambos estaban dispuesto a llevarlo a cabo.

Alberto subió escaleras arriba a ver si todo iba bien. Abrió la puerta del dormitorio y, sobresaltando a Melisa, la pillo solo con su tanga y la camisa sin hombros. A Alberto no le quedó otra que sonreír maliciosamente y acercándose a su mujer, tomarle por las duras nalgas y susurrar "En cuanto todos estos se hayan ido, subiré y te echaré un polvo bestial". Melisa lo correspondió pasando una mano adelante y agarrándole el paquete. "Te espero... y si estoy dormida, no me despiertes. Fóllame y haz que me espabile con tu polla dentro de mi".
Este intercambio de palabras hizo que la polla de Alberto saltara como un resorte, al igual que las ganas de que la fiesta terminase.

Pero cuando volvió al gran salón, vio que allí no había nadie. Y no solo eso, las veinte personas que quedaban, estaban más animadas que nunca. Algo estaban leyendo y pasándose a través de los móviles que les hacía mucha gracia. Alberto se unió a la animada conversación, organizada por Marcos que leía chistes y pasaba vídeos graciosos a todos los comensales.
En un fugaz movimiento, Luis guiñó el ojo a Marcos que de inmediato, invitó a Alberto a que encendiera su PC al otro lado del salón para enseñarles las páginas de donde había sacado ese material.
Alberto dudó por unos segundos pero al final decidido a enseñar el también su material "simpatico" olvidándose en ese momento de su preciosa mujer adormilada en la cama.

Dejando las escaleras lejos del alcance de las miradas, todos se arremolinaron detrás de Alberto cuando este se sentó delante de su magnífico MAC.

Luis murmuró algo así como que se iba al baño, pero entre las risas y el tumulto apenas se oyó nada. Sigilosamente, como el personaje de su disfraz, se encaminó hacia el baño, que casualmente, se encontraba cerca de las escaleras que subían a los dormitorios. Con un movimiento felino giró sobre sus pasos y se encaminó escaleras arriba.

Curiosamente era Marcos el que animaba a Alberto a que buscara más cosas. La gente, entre las copas y las risas estaba animada a seguir confiando en que el anfitrión continuara enseñando vídeos y fotos graciosas.

Luis sabía perfectamente donde estaba el dormitorio de sus amigos. Llegó a la puerta, se colocó de nuevo la capucha del traje y picó suavemente. No recibió respuesta alguna. Picó un poco más fuerte. Pero tampoco oyó ni notó nada.
Nervioso, pero seguro de sus actos, abrió la puerta con cuidado, lo justo para asomar su cabeza y ver que Melisa estaba en la cama. Solo estaba tapada la mitad de su cuerpo, la calefacción estaba alta y no hacía falta mucho abrigo. La mitad sin tapar dejaba ver una pierna preciosa asomando y enseñando por su cadera el tanga que había usado con el disfraz. Una camiseta blanca y sin sujetador debajo completaba el más que excitante cuadro.

Hinchando su pecho de aire y de valor a partes iguales, se acercó al lado de la cama donde reposaba su objeto de deseo.

Al inclinarse para comprobar si Melisa dormía, se encontró con la sorpresa de que esta le esperaba con los ojos abiertos.

El terror se apoderó de Luis. Tratando de huir y olvidándose totalmente de que iba enmascarado y con el mismo disfraz que Alberto, se incorporó para tratar de salir de allí.
Una cosa era planear unos tocamientos a la mujer deseada de su amigo y otra estar cara a cara con ella, que te pillara y tener que explicarlo todo con cerca de veinte personas abajo.
Pero la reacción de Melisa no se la esperaba.

Sacando una mano, buscó la entrepierna de Luis. Cuando la encontró, este respiró hondo, se relajó y dio gracias a Spiderman y a su creador por el disfraz.

La mano de Melisa encontró la polla de Luis, la acarició suavemente a través del traje rojo y azul. Esta comenzó a crecer.

- Me la vas a meter como habíamos quedado? - Preguntó ella

Luis asintió. no se creía lo que estaba pasando. El plan loco, el plan suicida estaba saliendo a la perfección.

Melisa se incorporó, se sentó al borde de la cama y acercó su boca abierta a las mayas de Luis. Besó lo que pudo, acarició la verga con su lengua, la atrapaba con sus labios... hasta que notó que estaba durísima ya. En ese momento se incorporó del todo y poniéndose a cuatro patas sobre la cama dijo:

- Yo no me quito el tanga, como a ti te gusta y tu no te quites el traje, quiero que me folle Spiderman, duro - Dijo girando la cabeza y mirándolo con vicio en sus ojos.

Luis no se lo pensó y ya más calmado (aunque nunca del todo), se sacó su polla, dura y brillante y se encaminó hacia el culo de Melisa.
Retiró el hilo del tanga y vio un coñito totalmente depilado, brillante, húmedo. No pudo resistirse y acercó su cara a ese paraíso. Asegurándose de que ella no le viera, se subió la máscara justo para dejarse la boca libre. Sacó su lengua y comenzó a lamer todo aquel manjar que tenía delante suya.
Melisa dio un respingo, sorprendida por algo que su marido no solía hacer... comerle el coño. Pero supuso que serían los Gin Tonics de la fiesta y se dejó hacer.... y vaya si acertó

La lengua de su invitado jugueteaba con su clítoris, con sus labios, con su ano. Entre gemidos ahogados contra la almohada, Melisa tuvo un primer orgasmo.

- Dios, Dios, Alberto, que gusto... buuufffff, por favor, métemela, métemela ya - Susurró entre jadeos Melisa.

Luis obedeció encantado. Se incorporó y tomando con una mano su polla y abriendo los labios a Melisa con la otra se la insertó. Su sexo estaba mojadísimo, prieto, era una delicia. Luis siempre sospechó que tendría que ser algo increíble follarse a Melisa... y lo estaba siendo.

- Fóllame duro, muy duro cariño, hasta el fondo - Suplicó Melisa
 Así comenzó a hacerlo Luis, que tomándola de las caderas, comenzó a introducir su polla hasta que sus testículos empezaron a golpear a Melisa en cada embestida.

Ella gritaba, tratando de no hacerlo alto para que escaleras abajo no se dieran cuenta de qué pasaba ahí arriba.
El gemía, amortiguando la máscara los jadeos.

Alberto, animado por el alcohol y sus amigos (incluso alguna amiga), comenzó a buscar en páginas más subidas de tono. Tratando de comparar pechos y vergas la conversación se había hecho muy amena y entretenida. Excepto para algunas parejas que, incómodas, abandonaron el corrillo para sentarse en el sofá o irse a casa directamente.

Por más que la pareja de arriba hubiera gritado sus orgasmos, con las risas y el jolgorio de abajo no se hubiera enterado nadie.

Luis tuvo tiempo de amasar las pequeñas pero bonitas tetas de Melisa, agarrar sus nalgas mientras se la follaba, cabalgarla tomándola de su larga melena..... hasta que ella se corrió de nuevo. El no tardó en hacerlo.

- Dentro, dentro, córrete dentro - Le suplicó Melisa




Alberto y compañía habían subido más el nivel de erotismo de los vídeos y fotos que miraban. Ahora ya solo quedaban unas 12 personas. Los más jóvenes y mas allegados a la pareja dueña de la casa. Algunos, mientras veían el vídeo de un chico siendo masturbado por dos chicas vestidas de super heroínas, se acercaban demasiado a sus parejas. Las risas disminuyeron su frecuencia y dejaron paso a las exclamaciones más serias.
"Menuda tranca" dijo Ana, amiga de la infancia de Melisa
"Mira esa va de Superwoman, como tu" le dijo su novio a Cora, cirujana amiga de Alberto.





- Dios, Alberto, me has hecho gozar muchísimo - Dijo Melisa recostándose sobre el colchón

Luis, jugándose el tipo, acercó su húmeda polla a la boca de Melisa... esta dudando sobre lo que quería su "marido" se la metió dentro y se la limpió cuidadosamente, con sus labios y su lengua.

- Estás muy cachondo hoy, mi amor - Le dijo Melisa con cara de inocente

Luis, sin decir palabra, acarició la cara de su amiga y terminó tocando sus labios.

Luis se alejó, salió por la puerta y cerrándola, dejó a Melisa pensativa, tumbada de nuevo en su gran cama.




Alberto era el único que se había percatado que Ana estaba sobando el paquete de su marido Fidel. Los videos era ya bastante subidos de tono y un nervioso silencio reinaba en el ambiente.
Luis apareció sigilosamente, intentando no aparentar que llevaba cerca de 10 minutos arriba.
Marcos lo miró y Luis hizo un gesto inequivocamente victorioso y excitado. Marcos sonrió y alejándose tranquilamente del tumulto se sentó en el sofá de piel que reinaba en el salón.
Sin él, el corrillo sobre los vídeos de chicas y chicos "haciendo cosas divertidas" se relajó un poco.
Alberto se fue a servir un gin tonic más cargado de lo habitual. Ver a Ana sobando el paquete de su marido le había puesto de los nervios.

Pasaron más de me media hora. la gente estaba muy animada aún, los comentarios de los vídeos y los chistes sobre los mismos, ahora mantenían a la gente despierta.

Luis con toda la calma que pudo reunir, lo tomó por los hombros y se lo llevó a la cocina, donde estaban algunos amigos sirviéndose vino o acabando con los pocos pinchos que quedaban en las bandejas.

- Cuéntame ese problema que tienes con esa empresa de la que me hablaste - Le picó Luis
- Es largo.... pero es para quedarse tonto - Dijo Alberto, picando en el anzuelo que le había enseñado su "amigo"

Cuando desaparecieron de la vista de Marcos, este se bajó la máscara y despacio murmuró un leve "voy al baño" a la pareja que tenía al lado, los cuales se arrumacaban más de lo normal.

Subió las escaleras y dio con la puerta del dormitorio donde estaba Melisa. Marcos abrió la puerta despacio. El siempre había sido más lanzado que su amigo de juergas Luis. Sigiloso pero muy tranquilo se plantó delante de Melisa, la cual, destapada aún dormitaba.

Sin pensárselo se inclinó y acarició su carita, aún caliente. Melisa se sobresaltó cuando vio aquel rostro encapuchado, negro y cuando reconoció el disfraz de su marido, se tranquilizó. Tomó la mano que la acariciaba.

- Me has hecho gozar mucho antes mi vida - Le susurró


Marcos se incorporó y, despacio, se abrió la cremallera del disfraz. Era importante mostrar solo el pene depilado, tal cual lo tenía Alberto y mínimamente empalmado, para que no hubiera diferencias sustanciales entre las pollas de los amigos y la de su marido.

Melisa se sobresaltó. Marcos dudó de si su amiga se habría percatado del cambio de polla... pero no. Melisa sonrió pícaramente y se arrodilló sobre el colchó, poniéndose a cuatro patas.

- No tuviste bastante, viciosete? - Le espetó a su "marido" con cara de vicio

Marcos se acercó hasta que su polla estuvo a escasos centímetros de los labios de Melisa. Esta la tomo con su mano derecha y comenzó a acariciarla. Alante, atrás....

- Mi polla bonita, quieres correrte otra vez? - Le susurró Melisa al miembro de Marcos

Marcos no se lo creía. Su sueño hecho realidad. No le importaba si se la follaría, si sería una paja o una mamada. Solo que Melisa le estuviera hablando así ya era un triunfo.

Melisa se la llevó a la boca, dándole besitos en el glande, lamiéndolo y jugando con la punta de su lengua sobre su orificio.





- Mmmmm, esta amiga ya está lista para correrse otra vez -

Marcos miraba a través de la máscara la cara de Melisa.... puro vicio

Melisa se la introduzco de un golpe en la boca. Húmeda, dulce... viciosa. Comenzó a chupar con avidez, despacio pero succionando con pasión. Marcos estaba en el cielo.... pero tratando de no gritar como lo haría un ángel si se la estuvieran chupando así.

Melisa se la sacó de la boca, sin dejar de pajearlo, bajó su mano derecha a su coño y sin pensárselo comenzó a masturbarse.... muy rápido.
Entre susurros y jadeos se le pudo entender: "cuando yo me vaya a correr, quiero que te corras en mi boca, en mi lengua... dámelo todo"

Marcos tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no correrse encima de esas palabras envenenadas de vicio.

Gemidos, cada gemido se ahogaba con una mamada de su boca. Marcos la tomo por la cabeza con las dos manos. Melisa al sentir esa pequeña sumisión comenzó a masturbarse más freneticamente aún.
Ya quedaba poco.

- Ahora, ahora, córrete mi amor, córrete para mi, dámelo todo..... -

Marcos no pudo más que obedecer y aprovechando la mano de Melisa y su lengua juguetona se corrió entre bufidos.
Melisa dirigió los chorros de leche hacia su boca, recibiendolos en paladar, lengua y labios. El calor de ese líquido entrando en su cuerpo hizo que sus dos dedos que masajeaban su clítoris, encontraran un orgasmo estremecedor.
Un grito comenzó a asomar por su húmeda boca. Grito que Marcos tuvo la suerte de ahogar con su propia polla.

"Mmmmmfffffpphhhhhhhh" fue lo único que se escuchó en la habitación.

Melisa se dejó caer hacia atrás. Muerta de cansancio y placer.

Marcos se quedó con su polla en la mano, semi dura aún y mirando el precioso y perfecto cuerpo de su amiga, que aún se retorcía de placer como una salamandra al sol. Un pecho fuera de su camiseta de tirantes describía perfectamente el momento.

El chico se acercó a Melisa rodeando la cama. La tomó de la mano, acercándola hacia el. La incorporó y con ambas manos comenzó a sobar esos pequeño y bien puestos pechos.

- Me vuelves loca - Fue capaz de decir Melisa

Pellízcandole ligeramente los pezones, se despidió de ella.


Con un simple gesto de pulgar hacia arriba, Marcos hizo ver a Luis que todo había salido " a pedir de boca", nunca mejor dicho.

Eran las 5 de la madrugada y la gente comenzó a despedirse, ya no quedaban más que los más amigos y decidieron que por esa noche habían tenido suficiente.

Alberto se despidió de sus mejores amigos, Marcos y Luis, con un "espero que lo hayáis pasado bien". Cerró la puerta de su casa, bajó persianas, apagó luces y sabiendo que mañana volvería la chica del servicio a recoger todo aquello, se fue escaleras arriba.

Abrió la puerta del dormitorio. Allí estaba Melisa, dormida, en el lado de la cama de su marido, destapada y boca abajo, en una postura de lo más erótica.

Alberto entró en el baño y se quitó el disfraz, se lavo la cara, las manos y los dientes, apagó la luz y se encaminó hacia su descanso.
Pero no.

Ver ese pequeño conjunto, apenas tapando las nalgas de su mujer.....
Alberto se arrodilló sobre el colchón y despacio, comenzó a abrirle las piernas a su mujer. Esta parecía no enterarse, aún dormía profundamente.
El chico apartó con cuidado el pequeño pantalón de su entrepierna y dejó ver su depilado coñito.
Con un dedo, Alberto empezó a jugar con sus labios, para a los pocos segundos meterlo dentro.

Melisa abrió los ojos y sin girarse sonrió.

- Dios Alberto, mi vida, ¡cómo estas esta noche! - susurró Melisa
- He estado pensando en ti, tenía ganas de que se fueran todos y poder follarte como te dije - Le dijo mientras ya tenía dos dedos dentro de su más que húmedo coño.


- ¿Otra vez? - Preguntó Melisa


- ¿Otra vez? - Respondió Alberto


27 may 2013

Sexting

"Te echo de menos" le envió el chico a través del móvil, con una carita de pena.

"No me echarás mucho de menos cuando te vas con tus amigos antes que venir conmigo... cabrón". Pensó Laura desde su sofá y con su pijama ya puesto.

Y al capullo no se le ocurre otra cosa que enviarle una foto demostrándole lo "mal que lo estaba pasando" sin ella.
Los dos Gin Tonics que se había preparado para ahogar las penas después del chocolate hacían que su sangre hirviera más de lo normal... "Quieres fotos?... vas a tener fotos".
Lo primero que hizo fue quitarse el pantalón, quedándose en las braguitas que usaba para estar en casa. Pensó en algunas fotos que había visto por la Web y abriendo las piernas (no demasiado) hizo "click" con su móvil desde arriba, dejando ver sus bonitas pantorrillas y el gracioso estampado de las braguitas. Apretó "Enviar" sin pensar demasiado.... y los dos "cheks" de leído, se encendieron demasiado rápido.
"Esto te pierdes amigo" le escribió a continuación.
"Wowwww" le respondió el chico más tarde de lo esperado.



Laura sonríe, sabe que le ha puesto nervioso. Piensa que ahora sí que lo está pasando mal y que ahora sí que la está echando de menos.
Para la siguiente foto se desprende de la parte de arriba del pijama. Sus bonitos pechos quedan al aire. Los toma con el antebrazo izquierdo, tapando justo por encima de los pezones. "Click" de nuevo... pero no le gusta. Laura aprieta ligeramente los dos pechos contra su antebrazo para subirlos y que se vean como dos dulces flanes. "Click".... "perfecto" piensa.
"Enviar"...... doble check... segundos..... minutos..... "Joder, no la ha visto, será mamón" piensa Laura.
"Piiinnnggg" Suena el móvil de Laura que con una sonrisa, abre el mensaje: "Mi niña.... que maravilla. puedo pasarme por tu casa ahora? Hemos acabado aquí"
A Laura se le encienden los colores, rabia, odio, todo se le enciende. Y allí en su sofá y solo con sus braguitas puestas, tiene la mente tan fría que le responde: "Sí... te espero".
Pasaron 20 lentos y odiosos minutos hasta que sonó el timbre del portal.
Pasaron 55 rápidos y nerviosos segundos hasta que sonó el timbre de su puerta.

Laura se levantó del sofá, con sus bonitas braguitas, sus piernas al aire y sus tetas moviéndose al ritmo de sus pasos.
Abrió la puerta, rápido, del todo, sin pensar. Allí estaba el chico que la había plantado esa noche, que con cara de bebé hambriento se quedó mirando los bonitos pechos de su rubia amiga.

- Hay que saber elegir.... - Le espetó desde el otro lado del marco, con los pies a la altura de los hombros, con un brazo sobre su cadera y con el otro en la puerta.
Y con un movimiento felino, cerró la puerta en las narices del chico.

Tranquilidad, sosiego, sus labios dibujaban una maliciosa sonrisa.
Cuando se sentó de nuevo en el sofá, semi desnuda, notó que su respiración era rápida, casi jadeaba. Cogió el móvil y revisó una vez más que en ambas fotos no se viera su cara. Las revisó con gusto... "No estaban nada mal" pensó.
Se recostó en el sofá, con una sonrisa en la cara y aún semi desnuda, se dejó llevar.


No iba a ser tan mala noche después de todo.






Para Norleva



12 abr 2013

El, cinéfilo

Gustavo era un loco, un friki, un soñador. Había acabado la carrera de audiovisuales y después de arrastrarse de becario en varias productoras audiovisuales, tuvo la suerte de que, con un proyecto que hubiera presentado ese año, el ayuntamiento de su ciudad, le subvencionara un pequeño corto que entraría a concurso en el próximo festival que se celebraba en Madrid.

La única condición para esa subvención era que se rodara en la provincia en cuestión para así dar a conocerla en el ámbito nacional.

Gus estaba encantado, loco de contento y, como no, su novia aún más.

Laura..... Laura era una chica preciosa. Morena, pelo lacio rojizo, un cuerpo precioso y una ambición desmesurada por conseguir el éxito. Su relación con Gustavo estaba pasando por un mal momento. El estaba a punto de tirar la toalla en su intento de ser alguien en el mundo del cine. Ella estaba a punto de tirarle esa misma toalla a la cara puesto que no veía que su carrera en el 7º arte fuera a despegar con el.

Laura había comenzado en el mundo del faranduleo como modelo. Era muy atractiva, joven y alta. Se encontró con que la genética de su abuela materna jugaba en su contra para abrirse en el mundo de las pasarelas. Laura era de unas proporciones amplias, grandes pechos, cintura estrecha y un buen culo. Cuando llegó al límite entre las pasarelas amateurs y las profesionales esa carne tan bien puesta le jugó una mala pasada.
Fue cuando conoció a Gustavo. En uno de los programas de la productora donde el hacía de cámara coincidieron. No tardaron en empezar a salir como amigos, hasta que una noche se acostaron juntos, se contaron sus sueños y decidieron que uno sería una perfecta ayuda para el otro. Pasaron los meses. Ella se ganaba la vida como modelo para anuncios, público en programas y algún que otro corto que su representante la conseguía.


 Por ir poniéndonos en órbita. Su mayor "destape" fue en uno de esos cortos donde tenía que enseñar sus generosos pechos. Era una grabación experimental, donde apenas había diálogos.
Solo tomas en blanco y negro... todo muy "gafapasta".

Volvamos a Gustavo. En esos días de lucha frenética contra el tiempo, se dedicó a buscar a un guionista que plasmara su idea en diálogos, alquilar un equipo de grabación como Dios manda, cámara, micros, localizaciones, etc, etc..... pero también actores.
Contactó con la representante de Laura. Una mujer de unos 50 años, bien cuidada que presumía de representar a gente más que famosa en el mundo de la televisión.
Lógicamente el cache de esas personas era imposible de alcanzar con la miserable subvención que tenía Gustavo, pero la mujer le consiguió a un par de chicos, modelos los dos, con experiencia en cortos y pasarelas.
Laura los conocía solo de vista, pero le dio el visto bueno a su chico.

Tras varias semanas de preparación, Gustavo reunió a todo el equipo y los puso al día.

El corto se basaría en un relato corto que había leído hacia años donde una chica, cansada de su vida llena de lujos y de dinero se va a pasar una temporada en un pequeño pueblo donde dos jóvenes hermanos se la disputan. La trama se complica cuando ella descubre que ambos tienen un pasado muy complicado, ya que habían matado a su propio padre para defender a su madre de los malos tratos que este le propinaba a la buena señora.
 El guión era excelente, y las ideas de mostrar la provincia en todo su esplendor y además denunciar los malos tratos, haría que la historia fuera un éxito rotundo.
Los primeros días de rodaje fueron de lo más normales. Los tres actores se esforzaban y no estaba quedando nada mal. Las localizaciones eran espectaculares y la colaboración del pequeño pueblo era más que buena.
Los problemas comenzaron cuando el dinero se empezaba a acabar, cuando la gente del pueblo comenzaba a no ser tan amable, pero sobre todo, cuando los tres protagonistas comenzaron a querer más participación. El desastre estaba siendo tan súbito y rápido que Gustavo comenzó a sentir que la presión le podía. Su idea era alargar aún más el corto, pero el tiempo y el dinero no daban más de sí.

La última noche, cuando llegó a la cama, Laura le esperaba despierta.

 - Gus, cariño, tenemos que hablar - Le dijo en tono más que cariñoso.
- Mira Laura... no estoy para sermones, el tiempo se acaba y tengo que acabar ya y no sé como hacerlo - Le espetó su chico.

Laura pensó, pensó y pensó. Ya os había dicho que su ambición por la fama era desmesurada... y costara lo que costara tenía que alcanzarla.

- Que me compartan, que ambos me compartan - Dijo ella
- ¿Perdona? - Le respondió el, incrédulo.
- Sí.... ¿cual es una de tus películas favoritas? -
- Tengo muchas -
- "Y tu mamá también". ¿Recuerdas como Maribel Verdú acaba con la pelea sobre quien la conquistará acostándose con los dos hasta el final?

Gus se quedó pensativo. En su cabeza comenzaba a trazarse un nuevo plan.

Toda la noche en vela, toda la noche escribiendo, solo un minuto para decirle al guionista que ya no contaba con el.

A la mañana siguiente Gustavo apareció en la habitación del hotel rural donde se había de grabar el desenlace de la historia, con tres carpetas transparentes. No contenían más de 6 o 7 hojas cada una. Se las entrego al trío protagonista y esperó sus reacciones.

Los dos chicos se miraron muy extrañados y con una leve sonrisa le preguntaron casi al unísono si esto estaba bien, si no habría algún error... o si era una broma.

- ¿Lo podéis hacer o no? - Respondió el director sin un asomo de sonrisa en su cara.

Ambos modelos asintieron, con más nerviosismo que otra cosa.

Laura, miraba el nuevo guión, lo repasaba, buscaba errores, cambiaba las hojas, las pasaba, las manoseaba.

- ¿Laura? - La miró su chico

Laura apartó la vista del guión despacio, casi desafiante y miró a su novio:

- Adelante -

Los siguientes minutos en aquella habitación fueron una locura, el cámara preparando todo, la luz, la iluminación, el sonido. Gustavo dando los últimos toques al guión. Los actores ensayando los diálogos.

Durante las primeras dos horas los diálogos entre los tres jóvenes se sucedieron como el director tenía planeado. Planos amplios, abiertos, con poca luz.
Explicaciones.
Secretos.
Lágrimas.

A Gustavo le estaba sorprendiendo lo bien que estaba saliendo todo ese último día. Los tres chicos actuaban con mucha soltura.

- ¡¡¡ CORTEN!!! - Gritó Gustavo

El trio se levantó, nervioso.

- ¿Estamos preparados para el final? -

Los tres asintieron con las cabezas, tímidos, silenciosos.

Comenzaron a rodar al grito de "ACCIÓN" que dio Gustavo. El plano continuaba donde se había quedado en el anterior corte. Después de las confesiones que se hacían los tres, Laura los tomaba de la mano para, a continuación, darles un beso en los labios a cada uno.

- Quedaros conmigo, protegedme a mi... os necesito - Decía entre lágrimas y susurros

A continuación la joven se incorporaba y delante de ellos, de píe, comenzaba, lentamente a quitarse el vestido. Quedando a escasos centímetros de ambos chicos solo con su sujetador y su tanga blancos ambos chicos la miraban maravillados aunque ligeramente asustados.

Laura tomaba a ambos de las manos, haciendo que se levantaran de la cama. Colocándose entre ambos, uno delante y otro en su retaguardia, comenzó a ronronear, a suspirar. Los dos chicos comenzaron a tocarla....

- !!!Corten¡¡¡ - Se escuchó - Joder, es una tía por la que lleváis locos varios días, está muy buena, no podéis permanecer de piedra cuando os da la oportunidad de tocarla, de besarla, de acariciarla!!!-

Las palabras de Gus, resonaron en toda la habitación. Al cámara, bastante nervioso, se le cayeron los cascos del sonido, que fue lo único que rompió un incómodo silencio.

Volvieron a repetir la toma donde ella los tomaba de la mano y los tres formaban ese trío de pie.

Esta vez los dos chicos sí que "forzaron" más la situación, el que estaba a su espalda la tomó por las caderas y comenzó a besarle el cuello. Mientras que el que estaba cara a cara, la tomaba por los hombros y la besaba en las mejillas.

Laura, muy profesional, no sentía nada más que su papel, no percibía que por primera vez en su vida dos chicos, y muy guapos, estaban tocándola de esa manera.
Mientras tanto ambos chicos, no tan implicados en sus carreras como actores, comenzaban a disfrutar del cuerpo de Laura.

- !!!Corten¡¡¡ - se escuchó a Gus

Los dos muchachos sabían que quizás se habían pasado un poco en sus caricias y besos, suponían que Gustavo les diría que tanta fricción no entraba en el guión.

- Cambiamos de secuencia y de plano. En la cama. De rodillas los tres y Laura os quita las camisetas a ambos. Luego paramos de nuevo -

Dicho y hecho.

- ¡¡¡Acción!!! -

Laura de nuevo entre los dos jóvenes, se gira y tomando la camiseta del primero se la quita suavemente y deja al aire un más que musculado torso. Se gira cuidadosamente, sin perder una mirada de lujuria controlada, que hace que el segundo chico, después de quitarle la camiseta le robe un beso en los labios a la joven.

- ¡¡¡Corten!!! -

El cámara nunca había llegado tan lejos, dos chicos semi desnudos y una chica en tanga y en sujetador con un cuerpo de vértigo en la misma cama. En su entrepierna comenzaban a sentirse incómodas hormigas.

- Ahora es donde vais a demostrar vuestras dotes de interpretación. Os confío la misión de dejaros libres y hacer una buena escena de sexo. La quiero tierna, con cuidado, los tres estáis enamorados. No hay tiempo para órdenes, ni para guiones. Es vuestra oportunidad de demostrar lo que valéis -

Silencio en la habitación. Solo el motor de la cámara se escucha

- ACCIÓN -

Pasan unos segundos incómodos, donde el trío se mira, nervioso. Gustavo se levanta de su silla, silencioso y haciendo aspavientos les anima a que actúen, a que hagan algo.

Es el segundo chico, el que está detrás de Laura, el que comienza.

Con cuidado y casi como pidiendo permiso, toma el enganche del sujetador de Laura y lo abre.







El primer chico descubre y se maravilla con los bonitos y grandes pechos de Laura.

Gustavo se vuelve a sentar, tranquilo. Ve como la escena se va creando sola.

Laura, por su parte sigue inmersa en su papel y sin pensarlo, toma la cara del chico que tiene delante y le besa en la boca. Abre los labios del muchacho con su lengua y juguetea dentro de su boca. Mientras, el chico de su espalda, de largo el más activo de los tres, baja su cabeza y comienza a besar la espalda de Laura.

Por primera vez Laura empieza a sentir lo que está haciendo, mientras su lengua juega con la del otro joven, el de su espalda esta lamiendo su piel desnuda. Los pezones comienzan a endurecérsele.

Gustavo, lo ve todo con su visión de director profesional, no ve que su chica está comenzando a disfrutar de dos chicos, que ya no es actuación, ni ve como los dos chicos cada vez están más desinhibidos. el cámara por su parte, graba como puede. Como le ha ordenado Gus, cámara al hombro, "revolotea" sobre los tres cuerpos.

Ahora es el chico de atrás el que se incorpora. De pié en el suelo, se desabrocha los pantalones y se los baja junto con la ropa interior, dejando al aire su miembro.

- ¡¡¡Corten!!! - Grita Gustavo

La habitación parece que respira algo relajada. Laura suelta los labios de su "amante" y el chico desnudo se cubre ligeramente su miembro.

- Vale, bien, eso es lo que quiero, espontaneidad, naturalidad. Vamos a pasar a filmar una escena muy sexual - Gustavo está eufórico, tiene los ojos muy abiertos, las ideas le surgen a cada segundo. - Cámara, vas a grabarlo todo, pero sin que salga un solo miembro masculino. Todo lo demás sí, que se vea la pasión desatada -

Laura comienza a pensar que a su chico se le ha ido la cabeza, pero ese pensamiento lo amortigua la sensación de que por primera vez está haciendo algo grande, algo que se expondrá en un festival, que la verán críticos, actores, directores... que lo tiene que dar todo.

Así lo hace.

La escena, de una sola toma, comienza con los dos chicos de pie, delante de Laura, la cual, sentada al borde de la cama, baja los pantalones al primer chico, dejándolo desnudo, como está su "hermano".
El cámara no sabe donde ponerse para grabar la escena y que no se vean los dos miembros masculinos. Gustavo, que lo ve dubitativo, se coloca detrás de el y le guía tomándolo por la cintura.

Laura tiene ante sí dos miembros a cual más apetecible y a cual más creciente. En un alarde de la mejor Chloe Sevigny, toma los dos miembros con sus manos y se acerca a ellos. Coloca su boca como si fuera a mamarlos y comienza a realizar una fabulosa simulación de mamada en el aire, con ellos tomados con sus manos. La cámara solo capta, detrás de los dos chicos, el movimiento más que sensual de la cabeza de la joven, mientras ella con la boca abierta simula que cambia de miembros cada 5 o 6 segundos. La escena está quedando muy realista.
El problema comienza cuando, por la fricción de las manos de Laura y por la cara de vicio que la joven pone simulando las mamadas, las dos pollas comienzan a crecer y a engordar lentamente.
La cámara capta los miembros ligeramente, es difícil grabar esa escena sin que se vea nada.

El segundo chico, con un empalme ya más que considerable, se separa, toma a Laura de las manos y la pone de pie en la cama. Le agarra las finas gomas de su tanga y la deja completamente desnuda. El primer joven da la vuelta a la cama y se coloca a su espalda.

La cámara hace planos altos, que no se vean miembros sexuales explícitos y menos los masculinos, ya totalmente duros y gordos.


Ambos actores tumban a Laura en la cama. Uno comienza a besarla desde arriba, agachado y al revés sobre su cara, el otro, mucho más lanzado, le abre las piernas y comienza a besar el interior de las mismas, subiendo cada segundo un par de centímetros más.

El cámara, por orden de Gustavo intenta hacer una toma cenital, desde arriba. En ella se aprecia a la joven desnuda, y con dos cabezas, una arriba y otra abajo, dando buena cuenta de su piel.

El chico que trabaja las piernas de Laura comienza a mover la cabeza ritmicamente, como si le estuviera haciendo un cunilingus más que aceptable. El chico de arriba ha dejado de comer su lengua y se encamina hacia sus grandes pechos.

Esta situación hace que Laura se encuentre con una lengua a escasos centímetros de su coño y a una polla a escasos centímetros de su boca.

Y a Laura, por primera vez en su vida, se le escapan las ganas de ser actriz famosa.

El chico que está entre las piernas, no puede más ese olor, ese sabor, ese calor.... Saca su lengua solo un par de centímetros más y con su punta roza el clítoris de Laura, que responde a ese estímulo con un jadeo supremo.




La joven tiene a 3 centímetros de su mejilla izquierda una polla grande y dura.

El cámara, siente el aliento del director en su cogote. A través del visor trata de "no ver" miembros masculinos, pero estos cada vez están más grandes y largos, la tarea se la está haciendo más que difícil.

Gus solo ve a tres actores implicados en su proyecto, dando el máximo y esforzándose delante de la cámara.
Gus no ve como su novia, levanta la mano izquierda y toma la verga ya durísima del chico que le está comiendo los pezones.

El cámara ya no sabe que hacer para esconder todo lo que está pasando encima de la gran cama y decide que ya es suficiente y que si el director quiere cortar o pixelar durante el montaje, que lo haga el mismo.

Laura está con las piernas abiertas y sintiendo como la lengua del joven busca impaciente su clítoris, ya sin ningún tipo de disimulo. Lo acaricia con la punta, lo lame con toda la lengua, juega con el, lo saborea.
El primer chico, encima aún de sus grandes pechos, los amasa con ambas manos, los estruja con cuidado, los lame con ansia, chupa los pezones, ya muy duros, ya muy brillantes.
Laura no siente más que placer. Con su mano izquierda ocupada con la polla del chico baja su mano derecha hasta la cabeza del que se encuentra entre sus piernas, empujándole más aún hacia sus adentros.

El cámara siente ya una gran erección.

Laura se lleva la mano ocupada por la verga del joven hasta su cara, y sin pensarlo demasiado se la introduce en la boca. El joven actor da un respingo y suelta un leve gemido de placer.
El segundo chico ve la escena y sin poder esperar más se incorpora dejando ver su tremenda erección.
Acto seguido abre un poco más las bonitas piernas de Laura y, apoyándose en el colchón, le inserta despacio su polla en el chorreante coño de nuestra amiga.

Laura grita, con la polla dentro de su boca el grito es más bien algo gutural. El joven comienza a cabalgar a la actriz, no despacio, a buen ritmo, sin parar. Laura solo puede gemir, y chupar; chupar y gemir.

Gus aún ve a tres actores dando el máximo.

El cámara ve un trío en toda regla, con una chica empalada por la boca y el coño, retorciendose de placer.

El chico que tiene su polla en la boca de Laura comienza a follársela por ese orificio. Más despacio que su compañero, pero casi igual de placentero que el.
Laura se siente a merced de dos hombres y eso le gusta, está en trance y solo espera recibir placer, mucho placer.

El chico que está entre sus piernas deja de follársela, saca su polla y contempla como su amigo está disfrutando de esa boca y como Laura le guía con las manos en las nalgas de su "penetrador".
El muchacho, que parece el más lanzado, vuelve a acercarse a la pareja, interrumpiendo su placentera mamada.
El chico se separa de ella y Laura se queda sola en la cama, tumbada boca arriba, a merced de ambos actores.

En la habitación reina un caluroso silencio.

El chico más lanzado se acerca a Laura, la toma de las manos y la incorpora. Ahora es él el que se tumba boca arriba en la cama. Laura sabe que quiere y se lo va a dar. A gatas Laura se coloca encima del chico, toma su polla con la mano y se la inserta. Entra fácil, está muy mojada, excitadísima. Comienza a cabalgarle, primero despacio, luego aumenta el ritmo, hasta que sus pechos bailan al son de sus violentos movimientos pélvicos.
Laura espera impaciente que el otro joven se coloque delante de su cara para poder seguir mamando su polla. Pero la espera es en vano, el joven no aparece.

El colchón se mueve y un sospechoso peso hace aparición detrás de los dos "folladores".
Una lengua furtiva comienza a lamer las nalgas de Laura.
Esa misma lengua busca el centro de esas calientes nalgas.
Dos manos abren esas nalgas aprovechando que el movimiento sexual ha cesado levemente.
La lengua se cuela entre ambos trozos de dura carne y buscan el año.
Cuando llega a el, comienza a moverse rítmicamente.
Laura siente un placer antes desconocido, una polla en su coño y una lengua en su culo.

Lo más parecido fue aquel verano donde se folló a un italiano desconocido. Un vicioso, la puso a cuatro patas y mientras se la follaba por el coño, aprovechando para meterle un dedo en el culo. A Laura no le sentó muy bien al principio, pero a medida que el sucio italiano insistía, acabó teniendo un más que increíble orgasmo.

Recordando este pequeño flash, Laura vuelve al presente, justo cuando extraña la lengua en su culo. Las manos siguen ahí y abren aún más las nalgas.
Algo comienza a abrirse camino entre ellas, algo grande, más duro que la lengua anterior, igual de caliente... menos húmeda.

Duele

Laura sabe que el chico se la intenta meter por el culo.

Duele

Tiene su cuerpo lleno de una gran polla, a muy pocos centímetros de la que está intentando entrar ahora.

Duele

Entra, va entrando. La cara de Laura denota dolor. La boca se tensa, se abre, no emite sonido alguno. Solo un "Ah... ah... ah"

Esa segunda polla le parte el alma,el aliento, el placer, el culo, el cuerpo.

Ya está toda dentro. Lo sabe porque siente.

Gus mira la escena mientras se mordisquea el labio inferior. El cámara podría perfectamente ser un trípode. El empalme que tiene es considerable y ya no trata de esconder planos explícitos.

El cuerpo de Laura es ahora el rellano de un bocadillo de carne. El chico de abajo se mueve lentamente, con ritmo. El chico de arriba, el que le está partiendo el culo, lo hace más despacio aún. Haciendo que la niña comience a gozar, tanto física como mentalmente. Solo de pensar que dos modelos/actores le están haciendo algo que ella solo había fantaseado con su consolador y en las tardes de soledad.... eso hace que su mente tenga un orgasmo por segundo.
Su cuerpo tiene el primero. Su garganta lo deja escapar, un grito gutural intenta salir de entre los dientes de Laura. no puede más y abre la boca dejando salir todo ese placer.

Los gemidos de la chica hacen que los dos hombres comiencen a sospechar que sus corridas llegarán pronto.

El segundo, siempre tan atento el, decide que es hora de dejar el culo de Laura y sale, dejando un agujero considerable en el año de la joven actriz. El primero, el que está debajo, observa el movimiento y detiene sus embestidas.

El que ocupaba el culo de nuestra amiga, la incorpora y ella, sacando con esmero la polla de su coño, se arrodilla en la cama. Casi avergonzada, nerviosa. Ese repentino parón la hace volver un poco a la realidad.
Pero no tiene demasiado tiempo.
Los dos chicos se ponen de pie y sin mediar palabra comienzan a masturbarse delante de Laura, a pocos centímetros de su cuerpo. Las dos pollas brillan, se mueve... incluso suenan.

La leche de los dos hombres no tarda en derramarse sobre Laura. Algunos chorros le salpican la cara, otros caen sobre sus grandes pechos. Ella no sabe que hacer... hasta que unas gotas le caen en una mano... la cual, en un afán goloso, se la lleva a la boca para probar la leche que le ofrecen los chicos.
Le gusta.

Intentando que pase desapercibido, busca con sus dedos la leche de sus pechos, se los lleva a la boca, los saborea.

Ya sin disimulo, se relame los labios, viciosa, caliente.

Los chicos se alejan.

El cámara se entretiene con la cara de Laura, desconocida y llena de calor, mejillas sonrosadas.
Gus se retira sin decir nada.
Los dos chicos se sientan en la cama.
Laura se recuesta.

En el previo del festival de cortos y después de que Gus maquetara la cita... intentando cortar lo más posible las escenas que han quedado más porno.

Por descontado que el corto no pasa los visionados previos y se queda fuera de concurso. Gus está al borde de la psicosis. Cuando en el estudio alquilado para el montaje coincide con el cámara y le cuenta que no ha sido seleccionado, el cámara le ofrece algo alternativo.

Gus y Laura ganan al mejor director novel y mejor actriz revelación respectivamente en un festival de cine erótico bastante importante.

Gus tiene sus ilusiones a punto de cumplirse cuando le ofrecen trabajar para una productora muy reconocida.

Por su parte Laura está cumpliendo su sueño, con más placer y sudor del que tenía pensado, pero es una actriz en toda regla y famosa... muy famosa.

El cámara.... el cámara es un cachondo.

Fin