29 sept 2009
Amor Salado
Amor salado
No me lo creía, era imposible. Después de su último desamor Cloe había empezado a salir con una chica y no solo eso, en su confesión me había dicho que no echaba de menos a los hombres, ni a sus miembros, ni su sabor.
Cloe mi Cloe.
- ¡Qué perdida para el género masculino! – Le dije tomando algo en una terraza
- De verdad que he encontrado la estabilidad que me hacía falta – Me responde con sus ojos brillándole como hacía tiempo que no lo hacían
- ¿Cuándo me las vas a presentar? – Le pregunto impaciente.
- Es muy vergonzosa, pero ya le he hablado de mi compañero de aventuras y está deseando conocerte
Aún no daba crédito, pero en el fondo me alegraba de que fuera feliz. Y lo dice un hombre que la había follado, que había visto como pasaba de mano en mano incluso la había visto enrollarse con otras chicas, pero nunca así, nunca en una relación.
Llegó la noche en la que habíamos quedado para cenar y conocer a su novia. La chica era muy bonita, castaña, pelo rizado, con una preciosa sonrisa y sí, tímida, muy tímida.
- Esta es Sara – Me dice Cloe
- Encantado Sara – Le respondo dándole dos besos en las mejillas
La situación me es extraña, pero estoy sereno.
Comenzamos a cenar y les pregunto como se conocieron y como acabaron siendo novias. Cloe me cuenta que en una disco dentro del mismo grupo de personas comenzaron a tontear entre las dos en plan baile sexy y caliente. Que fueron a los baños y que continuando el juego se besaron en los labios y que a los pocos minutos estaban morreándose… y hasta hoy.
El vino hacía su típico efecto y ellas dos tomando la última copa, estaban agarradas de la mano, contándome las dificultades propias de un romance casi secreto. Los chupitos del final en el sofá, acabaron con la timidez, y los besos en las mejillas y los picos en los labios, se hacían más frecuentes. No oculto que mi excitación iba en aumento, al igual que la intensidad de sus besos.
Entre risas y anécdotas comenzamos a contarnos historias pasadas, los novios y novias de Sara, mis novias, los juegos con Cloe, Sara quería saber por que nunca habíamos sido pareja, Cloe le respondió lo que ya sabéis todos:
- Nos gustaba mucho el sexo esporádico, no hubiéramos acabado bien –
Era la verdad, no podríamos haber sido nada serio sabiendo que al día siguiente podríamos estar compartiéndonos con otras personas.
Entonces encendí la chispa:
- ¿Tu podrías compartirla? – Le pregunté a Sara.
- No, creo que la quiero demasiado – Respondió dándole un sonoro beso en los labios
- Esa época creo que ha muerto – Me dice Cloe
Me gusta ver a dos mujeres juntas, de la mano y dándose besos en el sofá de mi salón y como ya sabéis, me gusta jugar con la palabra y el sexo.
- ¿Y hasta donde habéis llegado ya? – Pregunto lo más serio que puedo
Cloe y Sara se miran y un leve color rosado aparece en sus mejillas
- Creo que de todo ya – Me dice Cloe
- Yo creo que también – Corrobora Sara
Sigo jugando
- ¿Pero todo es todo?: Sexo oral, juegos con juguetes… ¿Todo?
Las dos estallan en una carcajada, y asienten.
- Hace unos días nos ha llegado un dildo que se ata a la cintura y hemos pasado toda una noche usándolo… aunque la verdad, preferimos nuestros propios cuerpos – Me dice Cloe como si me estuviera hablando del tiempo.
Me empiezo a sentir raro y mi entrepierna apretada.
Cloe me conoce, me conoce demasiado y sabe por donde van los tiros y Cloe puede haber cambiado de orientación sexual, pero en ningún momento de gusto por el sexo.
Hay un silencio incómodo en el salón.
Cloe se revuelve y tomando a Sara por la cara le planta un morreo largo y sonoro. Sara le corresponde, pero con los ojos abiertos, atenta a la situación.
Desde luego que mi postura cambia, apoyo mi espalda en el respaldo y abro mis piernas. Cloe me ve y no para de besar a Sara, que después de varios segundos se separa de ella.
- Mi vida, me estás poniendo… ¿Qué haces? – Le dice en voz baja, tímida y cariñosamente
- Quiero demostrarle que no juego y que te quiero – Le responde
Hay momentos en que lo mejor es solo observar y no abrir la boca. Eso hago, y la estrategia resulta más que buena.
Sara arrebatadoramente pasional, le come la boca a Cloe, que devuelve esa pasión rodeando la cintura de su novia. El beso se alarga por minutos y mi entrepierna por centímetros.
- ¿Te gusta lo que ves? – Me pregunta Cloe
- Mucho – Le respondo mirándola a los ojos como la vez que la vi entre dos hombres
- Créete que he cambiado – Me dice
Sara, turbada y colorada, acaricia el interior de los muslos de Cloe, para ella aún no existo en el salón, para ella solo esta Cloe.
Pero para Cloe, en el salón también estoy yo y sabe que me gusta y quiere demostrar cosas… cueste lo que cueste.
Cloe le abre la camisa blanca que lleva, puedo ver su sujetador y el inicio de sus pechos, Cloe baja y comienza a besarlos, suavemente, con delicadeza, como pocas veces la he visto besar algo. Sara se recuesta en el sofá y gira la cabeza para mirarme. La miro con la mejor de mis expresiones, para tranquilizarla, pero ella está muy tranquila. Sigue mirándome, como esperando algo. Tengo la sospecha de que Cloe le ha contado mucho (o todo) sobre mi, y en el salón todo el mundo espera una reacción explosiva en cadena.
Las bonitas tetas de Sara ya bailan sueltas dentro de la boca de Cloe, mientras sus manos en la cabeza de mi amiga, ayudan en su recorrido. Mi mano ya busca mi entrepierna. Cloe me ve y se separa de las tetas de Sara.
- Sácatela – Me dice
- ¿Ahora? – Le pregunto sorprendido
- Ahora – Me responde
No hemos vivido todo lo vivido juntos para que me acobarde; me la saco y en pocos segundos acabo desnudo de cintura para abajo, con mis piernas abiertas y mi polla apuntando al techo.
- Te lo dije – Puedo oír que le susurra Cloe a Sara
No puedo evitar una sonrisa y las chicas no pueden evitar volver a besarse. Ahora Cloe se despoja de su apretada camiseta y de su sujetador y la imagen de ver a dos mujeres desnudas de cintura para arriba en mi sofá comiéndose a besos, hace que mi mano busque mi polla.
El sonido de sus lenguas hace que mi excitación sea máxima.
El salón se impregna de un ambiente sexual como nunca antes. Las chicas despegan sus labios de sus cuerpos con una mirada cómplice. Se incorporan y cogidas de la mano me miran.
- Mastúrbate – Me dice Cloe
No lo pienso, no es la primera vez que Cloe me ve pelándomela, sí Sara que me mira atenta, con expresión neutra.
Mi mano sube y baja, mirándolas.
- Necesito ayuda visual – Les digo
Cloe sonríe y hace que Sara se levante delante de ella. Le desabrocha el pantalón y me deja ver sus pequeñas braguitas, para a continuación dejarme ver su pálido y bonito culo. Sara abre un poco las piernas y aún sin dejarme ver la cara de Cloe, noto como esta comienza a besarle su coño.
Con esta ayuda mi mano ya sube y baja intensamente por mi polla. Veo como Sara toma la cabeza de Cloe y la ayuda a lamer lo que esté lamiendo. Entre gemidos las rodillas de Sara comienzan a flojear y su cabeza a moverse hacia atrás. Adivino que se está corriendo en la boca de Cloe y lo confirmo cuando esta me deja verla de nuevo relamiéndose sus labios.
Sara se da la vuelta y las dos clavan sus miradas en mí. Cloe me mira como suele hacerlo, viciosa y con hambre. Sara me mira divertida y curiosa.
Cloe se acerca de rodillas, por un segundo pienso que me va a ayudar con mi paja, pero no, solo se acerca, divertida y excitada. Vuelve su cabeza hacia Sara y la invita a acercarse también. Esta acepta y algo avergonzada se pone de rodillas a pocos centímetros de mí.
La situación es extremadamente morbosa. Cloe se coloca detrás de Sara y comienza a buscar su entrepierna con sus dedos.
Yo me masturbo a mi mismo y Cloe masturba a Sara, es injusto y comienzo a pensar que esta noche puede ser mejor de lo que está siendo.
Con Sara rendida a los dedos de Cloe y a pocos centímetros de mi polla, aprovecho que una de sus manos se apoya en mi rodilla involuntariamente, para tomársela y hacer que me acaricie mi polla. Tímida, la toma con cuidado, mientras oigo el respirar de Cloe agitarse y excitarse.
Sara apenas reacciona, la sensación es confusa, fuerte, excitante, pero hace tiempo que no tiene nada así en sus manos. Cloe se acerca a su oído y comienza a tranquilizarla.
“Despacio, disfruta” le susurra mientras le mete dos dedos en su húmedo coño.
Sara le hace caso y se relaja, comienza a pajearme muy despacio, con más cuidado que pasión, lo agradezco porque estoy muy excitado y me correría enseguida. Cloe masturba a Sara y esta se deja hacer.
Me voy a correr y paro en seco su masturbación. Sara no lo tiene en cuenta y está a punto de llegar a su segundo orgasmo de la noche. Le llega y apoya su boca en mi rodilla, mordiéndola levemente cuando le llega al éxtasis.
Cloe, impaciente por no sé qué motivo, se incorpora. Con cuidado aparta a Sara de mi entrepierna y se coloca ella en su lugar. Sara que ya la conoce más que bien, le quita los pantalones y la deja desnuda delante de mi entrepierna. De rodillas y con las piernas abiertas, Sara hunde su boca en el coño de su novia, la cual apoyada en mis rodillas comienza a jadear, como solo lo hace cuando le gusta. Sara tiene más experiencia, con lo cual los gritos de Cloe son cada vez más profundos. Está tan excitada que sin darse cuenta está agarrando mi polla con sus manitas, Su boca abierta jadeante hace que mi mente divague y ansío que mi pene acabe dentro, silenciándola, pero no, aún no.
El orgasmo la aborda de golpe y entonces sí, se que a Cloe le gusta correrse con algo dentro de su boca y de golpe engulle mi polla para ahogar su grito de placer.
Parece mentira que yo no me haya corrido aún, pero esto es algo que no se vive todos los días y quiero apurarlo al máximo.
Sara se incorpora y toma la cabeza de Cloe vaciando su boca de mi polla. Las dos se levantan y se vuelven a besar apasionadamente. Las miro casi con más ternura que excitación.
Se separan de su húmedo beso y Cloe le susurra:
- ¿Te atreves?
- No sé, la verdad, hace mucho tiempo ya – Le responde Sara
Empiezo a preguntarme sobre que estarán hablando. Conozco a Cloe y sé que esto no ha terminado.
Cloe me toma de la mano y me lleva a mi habitación. Tumba a Sara boca arriba y sin mediar palabra ella se coloca encima para hacer un bonito 69 que me vuelve a excitar muchísimo. La cabeza de Cloe queda mirando hacia mi y con un gesto que ya conozco me invita a acercarme. Mientras Sara da buena cuenta del coño de Cloe, esta me coge la polla y me la comienza a chupar despacio y suavemente. Ahora mi pene está tan cerca de la boca de Cloe como del coño de Sara y empiezo a entender el plan.
A los pocos segundos de chupármela y mojármela con su saliva, Cloe hace que me ponga de rodillas y ella misma se encarga de insertar muy poco a poco mi polla en el arreglado coño, el cual caliente y muy húmedo, me la recibe con un grito de sorpresa, miedo y placer.
- Dioooosssssss, por favor – Grita Sara
- Así, mi vida, así… disfrútalo – Le responde Cloe
Mientras mi polla va entrando entera, Cloe le masajea el clítoris con su lengua. Sara no puede más y comienza a subir y bajar sus caderas suavemente, ayudándome a embestirla en cada subida. Sara por su parte, hunde su cara en el coño de Cloe, ahogando sus gritos. Los tres nos compenetramos bien, demasiado bien; tan bien que estoy a punto de correrme.
Cloe me conoce y sabe que quiere decir cada uno de mis gestos. Me toca la entrepierna y me hace parar un momento. No puedo más y mi gesto se lo hace saber.
- Espera un poco más – Me ruega, entre jadeos por el masaje que le está dando su novia en su coño.
Me separo un poco de ellas, y vuelvo a disfrutar de sus cuerpos sudorosos, retorciéndose de placer. Mis manos buscan mi polla y comienzo a pajearme rápido, ya no puedo más, quiero correrme.
Las dos se incorporan como pueden, y de la mano se dirigen de nuevo al sofá del salón.
Cloe me llama con un gesto de su mano.
Ambas se sientan en el sofá y sin falta de decir nada, las dos comienzan a masajear mi caliente y dura polla con sus bocas, juntando sus labios, rozando sus lenguas y todo esto con mi pene de invitado en medio.
Me corro, no hay otra opción.
Cloe sabe que llega el momento, me la ha chupado alguna que otra vez y me conoce; dirige mi glande hacia los pequeño pero bonitos pechos de Sara.
Un “mmmmppff” sale de mi garganta y un líquido caliente y blanco sale hacia las tetas de Sara.
Cloe estruja bien la polla, “hasta la última gota” oigo que susurra para si misma.
Una vez liberado de las manos de mi amiga, me siento a la derecha de las dos chicas.
Conozco a Cloe, tan bien….
- Ahora recuéstate que te voy a limpiar eso – Le dice a Sara
Sara, tan excitada como nerviosa se recuesta en el sofá y Cloe comienza a lamer mi semen de sus tetas.
No, no penséis que esto acaba aquí. Sara está recostada en el sofá, Cloe está de rodillas comiéndole las tetas, alimentándose de mi leche y sé que su culo y coño no se están contoneando delante de mi cara por nada.
Me incorporo un poco, lo justo para notar el calor que desprende su entrepierna.
Comienzo a comer, tengo hambre y sed, y el culo y el coño de Cloe me van a dar lo que necesito, siempre lo han hecho y no pierdo el tiempo, lamo, chupo, bebo… uno nunca sabe si esta será la última vez.
Cloe se corre en mi boca, justo en el momento en el que tengo dos dedos metidos en su coño y le estoy comiendo el culo.
Sara me mira por encima de los hombros de su novia.
Sara sonríe
A la mañana siguiente me despierto al lado de las dos chicas abrazadas, dentro de mi cama.
Voy a preparar desayuno para tres, salado.
16 sept 2009
Rescatando a Paula
Recuperé a Pau al año de perderse en el mundo de las mafias y del sexo. Nunca se arrepintió, me confesó que realmente estaba enamorado del "chulo" con el que salió durante ese año y que casi todo lo que hizo le produjo placeres y sensaciones que jamás olvidará y que no dudaría en recomendar a cualquier mujer.
Pau no dudó en contarme todas sus aventuras sexuales junto a su negro (que así lo llamaba). La que más me asustó y excitó a partes iguales fue la que ella llamó "ir de fishing". Así le dijo su negro.
Un sábado fueron en coche hasta el puerto y allí un gran yate les esperaba. La fiesta no pintaba nada mal, el glamour de los asistentes era patente en su forma de vestir, caras conocidas, mucho dinero y chicas, las chicas más esculturales que podías imaginar. El barco zarpó a las 12.00 del medio día, puntual y en silencio. Era un yate enorme y lleno de camarotes enormes, la ostentación que demostraba la gente tomando sus copas era aún más enorme.
Las mujeres que acompañaban a los hombres, hablaban entre ellas. Pau no las conocía de nada, a Pau su negro la había dejado sola en cubierta, con una copa de vino en la mano y con un vestido negro de noche con la espalda al aire. Pau había vivido situaciones parecidas, pero siempre en tierra firme, con lo cual podía irse cuando quería, el problema del yate es que tenía que quedarse allí pasara lo que pasara.
Y empezaron a pasar cosas.
El movimiento de gente llevó a Pau a la sala principal donde tres de las bellas jóvenes que había visto en el barco, yacían desnudas y boca arriba cubiertas de comida, en sus pies, en sus muslos, en sus vientres, en sus pechos, en sus cuellos. Los hombres lanzaron un murmullo de aprobación cuando vieron a las tres jóvenes. Pero fue otra chica la que comenzó el espectáculo, se acercó a una "mesa viviente" y directamente chupó uno de los dedos del pie y dulcemente se llevó a la boca un trozo de "algo" comestible que tenía. La chica desnuda dio un respingo pero permaneció en su sitio. Ese fue el inicio de la orgía de la comida.
Los hombres con mucho orden y sangre fría comenzaron a comer, lamer, chupar y coger todo lo que las bellas mujeres tenían en sus cuerpos. Y digo orden por que no hubo gritos ni empujones. Simplemente las tres chicas desaparecían entre las cabezas, labios y lenguas de los presentes. Cuando los comensales iban dejando los cuerpos de las chicas limpios, se iban retirando, dejando ver a Pau como otros hombres se quedaban comiendo los coños de las tres chicas que ya jadeaban de placer. Al ver esto los hombres que se habían retirado, ya con un poco más de prisa, se acercaron a besar en la boca o a lamer los pezones de las jóvenes. Pau ya estaba muy excitada. Los invitados sentados en los grandes y amplios sofás del salón, acompañados de las mujeres comenzaron a guardar silencio y a observar lo que comenzaba a suceder.
Los hombres que comían los coños de las mujeres se bajaban los pantalones y con pollas muy duras ya comenzaron a follarlas con pasión. Los gemidos y respiraciones profundas ya se escuchaban en todo el salón.
Pau estaba ya muy excitada y justo en el momento en el que pensaba salir de la habitación para que le diera un poco el aire, apareció su negro, Siempre aparecía en el momento justo, en el momento en el que Pau más caliente y mojada estaba.
La tomó por detrás y ella respondió casi mecánicamente agarrándole el paquete.
"Vamos a pasarlo bien, mi amor" le susurró su negro.
La tomó de la mano y la sentó en la única butaca individual que había en la sala. Allí Pau vio como los hombres se levantaban de sus asientos y se acercaban hacia ella. Pau sabía lo que iba a pasar; no lo dudó y se bajo los tirantes de su vestido dejando los pechos al aire. Conocía su papel.
Se formó una fila justo delante de ella, las tres chicas seguían siendo folladas por tres hombres y Pau sabía que su trabajo era el endurecer las pollas de los casi 15 hombres de la sala para que, seguidamente, se turnaran para follar a las jóvenes.
Pau me dice que siente placer, pero que muy dentro de su cabeza hay una punzada de que algo se le escapa, que de su orgullo no está en su sitio. Pero antes de empezar a analizar filosóficamente su preocupación, la primera polla la está follando por la boca. Su preocupación se desvanece al ritmo de las caderas del hombre de unos 55 años que la está penetrando por su boca. Ella ya no es Pau la cerebral, con una polla en la boca, Pau es salvaje, cachonda… una puta, como la llaman a veces los amigos de su negro.
Pau se agarra a las nalgas del hombre y comienza a chupar como solo ella sabe, con dulzura, con mucha saliva, usando labios y lengua. La polla del hombre se pone como una roca en segundos y despacio se la saca de la boca para desaparecer. Casi sin tiempo a reaccionar, le llega la segunda, un joven de menos de 30 años y con una polla delgada pero muy larga se acerca a su cara. Pau la toma con sus manos y se la mete entera en su caliente boca; es la segunda y le gusta, joven y fresca. Dos de las chicas del salón aún vestidas se acercan a los pechos de Pau y sin mediar palabra comienzan a lamerlos, morderlos y comerlos. Los pechos de Pau son perfectos, ni grandes ni pequeños, altos y con el pezón pequeño y siempre duro; pezones que ahora sus dos compañeras lamen con todo el erotismo que tienen en sus bocas. Es una simbiosis, Pau ayuda a las pollas a endurecerse y mojarse, y ellas ayudan a Pau a no dejar de estar excitada, pero Pau no necesita ayuda. Han pasado ya 6 pollas por su boca y quiere más. Al final tiene tantas como las 14 que había en el salón. Le duele la mandíbula y los labios. Las dos chicas la masturban despacio mientras le siguen lamiendo los pezones.
La fiesta es todo un éxito, los hombres no dejan de follar a las tres chicas, que ya tienen orgasmo tras orgasmo. Cuando una polla desfallece la boca de Pau se encarga de ponerla firme de nuevo.
Después de casi una hora las fuerzas comienzan a flaquear. Pau a tenido varios orgasmos debido a las caricias de sus dos acompañantes femeninas, pero su entrepierna pide algo masculino.
Se incorpora viendo que el panorama es desolador: los hombres en la sala están sentados, dormitando desnudos después de una buena sesión de sexo.
Pau, desnuda, sale del salón y sube a cubierta de nuevo, el día es precioso, luce el sol y no hay ni una sola nube. Recupera las esperanzas de ser follada cuando ve a tres chicos, seguramente encargados del yate, follándose a una preciosa rubia, que se deja hacer de todo, se deja hacer tanto, que está ensartada encima de uno de ellos por el coño, mientras el otro le está dando por el culo y el tercero le está follando la boca. Los hombres sonríen, parece que la apuesta era poder llegar a esa postura… "como en las películas porno".
Pau se acerca sigilosa a ellos, que algo avergonzados la miran. Pau continua acercándose, se acerca tanto que al final no le queda otro remedio que robarle la polla que tiene en la boca la chica, sentar al chico en la tumbona de playa que tiene al lado y sin mediar palabra comenzar a cabalgarlo, ella misma dirige la polla a su húmedo y necesitado coño y despacio se deja caer encima, soltando un grito de placer mezclado con desahogo. Cabalga al joven despacio, muy despacio, gozando todo el grosor de la polla que tiene dentro de su cuerpo. Pau tiene tres profundos orgasmos, los aprovecha al máximo, despacio, aguantando el placer todo lo que puede en su cuerpo. Cuando abre los ojos después del tercero se encuentra con que los otros dos chicos han colocado el coño de la joven delante de la boca de Pau, que sin pensarlo (nunca le ha gustado demasiado) comienza a comer. Pero este coño le gusta, está dulce, sabe a polla y lo comienza a lamer en todo su esplendor, intentando buscar más sabor a hombre en el coño de una mujer mete su lengua dentro, haciendo que la rubia se estremezca con su orgasmo y llene la boca de Pau de toda clase de sabores: semen, polla, coño…
Pau, aún desnuda, baja las escaleras hacia el salón y allí ve lo que más tarde me confesaría que le gustó tanto ver que hasta ella se asustó de hasta donde llegaba su mente.
Allí estaban los 15 hombres rodeando a las tres chicas aún desnudas. Una de ellas atada a la mesa, boca arriba y con las piernas y los brazos abiertos. Las otras dos portando en sus manos dos consoladores que emitían el típico ruido de estar en funcionamiento.
Las dos chicas comenzaron a besar y a lamer el cuerpo de la tercera, los hombres se masturbaban a su alrededor, justo cuando con los dos consoladores comenzaron a masturbarla, por el coño y el culo. La chica comenzó a gemir, respirar, gritar de placer; las otras dos delante de su entrepierna continuaban masajeando su ano y su clítoris. En ese momento la chica empezó a serpentear con su cuerpo, arqueando la espalda, gritando de placer, orgasmo tras orgasmo las dos compañeras no paraban de meter y sacar los dos consoladores de su cuerpo. Los hombres que se empezaban a correr se acercaban al cuerpo de la chica y lo salpicaban de su semen. La chica no podía más gritaba de placer, de dolor, Pau no sabía diferenciarlo, pero sí sabía que ella se cambiaría por la chica ya mismo.
Su cuerpo comenzó a cubrirse de secreción blanca y sus gritos comenzaron a apagarse, la chica cerró los ojos y quedó inerte en la mesa, aún atada, los hombres que quedaban por correrse lo hicieron en sus piernas, salpicando de paso a las dos chicas que aún continuaban masturbando frenéticamente a la ya desmayada.
Pau se da cuenta de que se está masturbando y que el joven de la polla delgada, fresca y larga está subiendo las escaleras. Se coloca detrás de ella y comienza a follársela. Pau aún está absorta en las convulsiones de la chica de la mesa y comienza a orgasmar con la larga polla del joven. En la mesa la joven está cubierta de semen y cuando ya apenas se convulsiona, las dos jóvenes apagan los consoladores, se incorporan y comienzan a lamer y limpiar el cuerpo de la joven con sus lenguas. Esta imagen pervierte tanto a Pau que el grito propiciado por su segundo orgasmo atrae las miradas de la gente del salón. El joven se corre en ella y Pau siente que hay miradas clavadas en su cuerpo, miradas que no le gustan, miradas que le dan miedo, por primera vez siente miedo de esa gente, la gente que durante un año han hecho con ella lo que han querido.
Recuerdos que ahora se agolpan mientras la polla del joven aún permanece en su coño y mientras Pau ve como el cuerpo de la joven desmayada por los orgasmos es limpiado por las lenguas de las dos chicas.
Justo en ese momento recuperé a Pau. En próximos relatos os contaré algunos de los trabajos que Pau realizó.
Pau no dudó en contarme todas sus aventuras sexuales junto a su negro (que así lo llamaba). La que más me asustó y excitó a partes iguales fue la que ella llamó "ir de fishing". Así le dijo su negro.
Un sábado fueron en coche hasta el puerto y allí un gran yate les esperaba. La fiesta no pintaba nada mal, el glamour de los asistentes era patente en su forma de vestir, caras conocidas, mucho dinero y chicas, las chicas más esculturales que podías imaginar. El barco zarpó a las 12.00 del medio día, puntual y en silencio. Era un yate enorme y lleno de camarotes enormes, la ostentación que demostraba la gente tomando sus copas era aún más enorme.
Las mujeres que acompañaban a los hombres, hablaban entre ellas. Pau no las conocía de nada, a Pau su negro la había dejado sola en cubierta, con una copa de vino en la mano y con un vestido negro de noche con la espalda al aire. Pau había vivido situaciones parecidas, pero siempre en tierra firme, con lo cual podía irse cuando quería, el problema del yate es que tenía que quedarse allí pasara lo que pasara.
Y empezaron a pasar cosas.
El movimiento de gente llevó a Pau a la sala principal donde tres de las bellas jóvenes que había visto en el barco, yacían desnudas y boca arriba cubiertas de comida, en sus pies, en sus muslos, en sus vientres, en sus pechos, en sus cuellos. Los hombres lanzaron un murmullo de aprobación cuando vieron a las tres jóvenes. Pero fue otra chica la que comenzó el espectáculo, se acercó a una "mesa viviente" y directamente chupó uno de los dedos del pie y dulcemente se llevó a la boca un trozo de "algo" comestible que tenía. La chica desnuda dio un respingo pero permaneció en su sitio. Ese fue el inicio de la orgía de la comida.
Los hombres con mucho orden y sangre fría comenzaron a comer, lamer, chupar y coger todo lo que las bellas mujeres tenían en sus cuerpos. Y digo orden por que no hubo gritos ni empujones. Simplemente las tres chicas desaparecían entre las cabezas, labios y lenguas de los presentes. Cuando los comensales iban dejando los cuerpos de las chicas limpios, se iban retirando, dejando ver a Pau como otros hombres se quedaban comiendo los coños de las tres chicas que ya jadeaban de placer. Al ver esto los hombres que se habían retirado, ya con un poco más de prisa, se acercaron a besar en la boca o a lamer los pezones de las jóvenes. Pau ya estaba muy excitada. Los invitados sentados en los grandes y amplios sofás del salón, acompañados de las mujeres comenzaron a guardar silencio y a observar lo que comenzaba a suceder.
Los hombres que comían los coños de las mujeres se bajaban los pantalones y con pollas muy duras ya comenzaron a follarlas con pasión. Los gemidos y respiraciones profundas ya se escuchaban en todo el salón.
Pau estaba ya muy excitada y justo en el momento en el que pensaba salir de la habitación para que le diera un poco el aire, apareció su negro, Siempre aparecía en el momento justo, en el momento en el que Pau más caliente y mojada estaba.
La tomó por detrás y ella respondió casi mecánicamente agarrándole el paquete.
"Vamos a pasarlo bien, mi amor" le susurró su negro.
La tomó de la mano y la sentó en la única butaca individual que había en la sala. Allí Pau vio como los hombres se levantaban de sus asientos y se acercaban hacia ella. Pau sabía lo que iba a pasar; no lo dudó y se bajo los tirantes de su vestido dejando los pechos al aire. Conocía su papel.
Se formó una fila justo delante de ella, las tres chicas seguían siendo folladas por tres hombres y Pau sabía que su trabajo era el endurecer las pollas de los casi 15 hombres de la sala para que, seguidamente, se turnaran para follar a las jóvenes.
Pau me dice que siente placer, pero que muy dentro de su cabeza hay una punzada de que algo se le escapa, que de su orgullo no está en su sitio. Pero antes de empezar a analizar filosóficamente su preocupación, la primera polla la está follando por la boca. Su preocupación se desvanece al ritmo de las caderas del hombre de unos 55 años que la está penetrando por su boca. Ella ya no es Pau la cerebral, con una polla en la boca, Pau es salvaje, cachonda… una puta, como la llaman a veces los amigos de su negro.
Pau se agarra a las nalgas del hombre y comienza a chupar como solo ella sabe, con dulzura, con mucha saliva, usando labios y lengua. La polla del hombre se pone como una roca en segundos y despacio se la saca de la boca para desaparecer. Casi sin tiempo a reaccionar, le llega la segunda, un joven de menos de 30 años y con una polla delgada pero muy larga se acerca a su cara. Pau la toma con sus manos y se la mete entera en su caliente boca; es la segunda y le gusta, joven y fresca. Dos de las chicas del salón aún vestidas se acercan a los pechos de Pau y sin mediar palabra comienzan a lamerlos, morderlos y comerlos. Los pechos de Pau son perfectos, ni grandes ni pequeños, altos y con el pezón pequeño y siempre duro; pezones que ahora sus dos compañeras lamen con todo el erotismo que tienen en sus bocas. Es una simbiosis, Pau ayuda a las pollas a endurecerse y mojarse, y ellas ayudan a Pau a no dejar de estar excitada, pero Pau no necesita ayuda. Han pasado ya 6 pollas por su boca y quiere más. Al final tiene tantas como las 14 que había en el salón. Le duele la mandíbula y los labios. Las dos chicas la masturban despacio mientras le siguen lamiendo los pezones.
La fiesta es todo un éxito, los hombres no dejan de follar a las tres chicas, que ya tienen orgasmo tras orgasmo. Cuando una polla desfallece la boca de Pau se encarga de ponerla firme de nuevo.
Después de casi una hora las fuerzas comienzan a flaquear. Pau a tenido varios orgasmos debido a las caricias de sus dos acompañantes femeninas, pero su entrepierna pide algo masculino.
Se incorpora viendo que el panorama es desolador: los hombres en la sala están sentados, dormitando desnudos después de una buena sesión de sexo.
Pau, desnuda, sale del salón y sube a cubierta de nuevo, el día es precioso, luce el sol y no hay ni una sola nube. Recupera las esperanzas de ser follada cuando ve a tres chicos, seguramente encargados del yate, follándose a una preciosa rubia, que se deja hacer de todo, se deja hacer tanto, que está ensartada encima de uno de ellos por el coño, mientras el otro le está dando por el culo y el tercero le está follando la boca. Los hombres sonríen, parece que la apuesta era poder llegar a esa postura… "como en las películas porno".
Pau se acerca sigilosa a ellos, que algo avergonzados la miran. Pau continua acercándose, se acerca tanto que al final no le queda otro remedio que robarle la polla que tiene en la boca la chica, sentar al chico en la tumbona de playa que tiene al lado y sin mediar palabra comenzar a cabalgarlo, ella misma dirige la polla a su húmedo y necesitado coño y despacio se deja caer encima, soltando un grito de placer mezclado con desahogo. Cabalga al joven despacio, muy despacio, gozando todo el grosor de la polla que tiene dentro de su cuerpo. Pau tiene tres profundos orgasmos, los aprovecha al máximo, despacio, aguantando el placer todo lo que puede en su cuerpo. Cuando abre los ojos después del tercero se encuentra con que los otros dos chicos han colocado el coño de la joven delante de la boca de Pau, que sin pensarlo (nunca le ha gustado demasiado) comienza a comer. Pero este coño le gusta, está dulce, sabe a polla y lo comienza a lamer en todo su esplendor, intentando buscar más sabor a hombre en el coño de una mujer mete su lengua dentro, haciendo que la rubia se estremezca con su orgasmo y llene la boca de Pau de toda clase de sabores: semen, polla, coño…
Pau, aún desnuda, baja las escaleras hacia el salón y allí ve lo que más tarde me confesaría que le gustó tanto ver que hasta ella se asustó de hasta donde llegaba su mente.
Allí estaban los 15 hombres rodeando a las tres chicas aún desnudas. Una de ellas atada a la mesa, boca arriba y con las piernas y los brazos abiertos. Las otras dos portando en sus manos dos consoladores que emitían el típico ruido de estar en funcionamiento.
Las dos chicas comenzaron a besar y a lamer el cuerpo de la tercera, los hombres se masturbaban a su alrededor, justo cuando con los dos consoladores comenzaron a masturbarla, por el coño y el culo. La chica comenzó a gemir, respirar, gritar de placer; las otras dos delante de su entrepierna continuaban masajeando su ano y su clítoris. En ese momento la chica empezó a serpentear con su cuerpo, arqueando la espalda, gritando de placer, orgasmo tras orgasmo las dos compañeras no paraban de meter y sacar los dos consoladores de su cuerpo. Los hombres que se empezaban a correr se acercaban al cuerpo de la chica y lo salpicaban de su semen. La chica no podía más gritaba de placer, de dolor, Pau no sabía diferenciarlo, pero sí sabía que ella se cambiaría por la chica ya mismo.
Su cuerpo comenzó a cubrirse de secreción blanca y sus gritos comenzaron a apagarse, la chica cerró los ojos y quedó inerte en la mesa, aún atada, los hombres que quedaban por correrse lo hicieron en sus piernas, salpicando de paso a las dos chicas que aún continuaban masturbando frenéticamente a la ya desmayada.
Pau se da cuenta de que se está masturbando y que el joven de la polla delgada, fresca y larga está subiendo las escaleras. Se coloca detrás de ella y comienza a follársela. Pau aún está absorta en las convulsiones de la chica de la mesa y comienza a orgasmar con la larga polla del joven. En la mesa la joven está cubierta de semen y cuando ya apenas se convulsiona, las dos jóvenes apagan los consoladores, se incorporan y comienzan a lamer y limpiar el cuerpo de la joven con sus lenguas. Esta imagen pervierte tanto a Pau que el grito propiciado por su segundo orgasmo atrae las miradas de la gente del salón. El joven se corre en ella y Pau siente que hay miradas clavadas en su cuerpo, miradas que no le gustan, miradas que le dan miedo, por primera vez siente miedo de esa gente, la gente que durante un año han hecho con ella lo que han querido.
Recuerdos que ahora se agolpan mientras la polla del joven aún permanece en su coño y mientras Pau ve como el cuerpo de la joven desmayada por los orgasmos es limpiado por las lenguas de las dos chicas.
Justo en ese momento recuperé a Pau. En próximos relatos os contaré algunos de los trabajos que Pau realizó.
3 sept 2009
Decido subir
Al final decidí subir.
Tanto tiempo aquí abajo, tanto tiempo pasando calor, tanto tiempo escuchando lo que la gente me teme, al final uno lo quiere ver con sus propios ojos y notar con su propio cuerpo.
Barajé muchas posibilidades pero cada una de ellas me parecía mejor que la anterior, así que decidí, aprovechando mi poder, realizar mi experimento con todas las formas posibles.
Forma Original:
No duró mucho tiempo. Rojo, caliente, grande, peludo…. Estas no son formas muy conocidas o aceptadas por los seres humanos, esos pobres animales que se asustan de todo lo que sea más grande que ellos.
Aparecí en un callejón, a media noche, donde solo había tres prostitutas, que nada más verme, comenzaron a gritar y a correr. No era lo planeado.
Solo alcé mi mano y las tres se detuvieron. Tres mujeres que se consumirían en mi mundo, no podían huir así de mi, de su futuro dueño.
Caminando hacía ellas, les pregunté porque huían de mi. Solo una de ellas, aterrorizada por no poder moverse, logró, entre sollozos, decirme que yo era un monstruo. Otra armándose de valor, adivinó quien era y gritando me dijo que yo era el mismísimo Diablo y comenzó a santiguarse. Esto me enfureció más aún.
¿Por qué me teméis si vosotras folláis solo como se hace en el infierno? – Les pregunté
A lo que la tercera me respondió entre sollozos:
Porque, estamos en la tierra
Sonreí dándome cuenta de lo simple de sus mentes, de sus pensamientos.
En el fondo soy el señor de las tinieblas y no he venido a la tierra a discutir sobre temas morales.
Les ordene que se desnudaran. Me encantó hacerlo, puesto que eran conscientes de que estaban haciendo algo en contra de su voluntad, pero no podían negarse, los sollozos, pasaron a un llanto dulce como el de un niño con hambre. Las tres ya estaban desnudas completamente. No me importaban sus cuerpos, solo las iba a usar para copular con ellas, saber como es su calor aún vivas, saber como el ser humano es mientras peca.
Mi pene, comenzaba a crecer según mi mente se lo ordenaba, abrí las piernas y las ordené que se acercaran a tocarlo y a lamerlo. Con lágrimas en los ojos y con cara de disgusto, se acercaron a mi gran masa de carne roja. Solo una de ellas se atrevió a decir que tan grande era imposible hacer nada con ella. Decidí entonces que ella misma fuera la primera que lo probase.
Abrió la boca todo lo que pudo, pero solo llegaba a abarcar medio glande. Lamiendo, chupando lo que podía. Las otras dos comenzaron a lamer a los lados, con lágrimas en los ojos, pero con mucha pasión…. Toda la que yo les ordenaba.
Los "por favor", los "basta ya", los "déjanos ir", pasaron a gemidos cuando se dieron cuenta de que polla estaban chupando, cuando se dieron cuenta de quien era yo.
Me recosté en el frío y húmedo suelo, y la primera trató de meterse mi polla por el coño, pero fue imposible, por más que las otras dos la ayudaban. Con mi mano, tome a una por la cintura y puse su coño encima de mi boca. Mi lengua larga y caliente hizo que se me corriera infinidad de veces encima de mi roja cara. Mientras las otras dos trataban, ya como locas, de meterse mi polla en sus coños, casi peleándose por ello.
Imposible – Dijo una de ellas, ya cansada
Decidí que todas pasaran por mi boca. Las tendí en el suelo, desnudas y aprovechando mis lenguas, comencé a lamer sus goteantes coños…. A la vez. Todas se corrieron, todas me pidieron más y todas me dijeron basta cuando los orgasmos las estaban empezando a matar.
Me puse en pie y las ordené que me la mamaran las tres hasta que me corriera. Así lo hicieron.
Lamiendo, chupando, pajeando, incluso mordiendo, lograron sacarme una gran, blanca y espesa corrida, esparcida por todos sus cuerpos.
Allí las dejé, tiradas en el suelo, recuperándose de su cliente más importante.
Pero no estaba contento. Abajo en mi palacio negro, sentía que el no poder poseer, el no poder sentir el miedo en las caras mientras follaba o violaba a alguna mujer u hombre, no estaría completo.
Decidí subir de nuevo con mi segundo plan.
Forma humana:
Aparecí en el mismo callejón, a la misma hora, en distinto día, con distinto cuerpo, elegí una apariencia que los humanos consideraban atractiva, algo así como moreno, ojos grandes, alto, elegante… una farsa de hombre escondido detrás de un simple aspecto.
Salí del callejón. La ciudad era grande, llena de luces, llena de gente. Noté como algunas mujeres ya me miraban. Pensé lo irónico que era Dios, dando vista a los superficiales.
Ví muchas mujeres y hombres elegantes y hermosos en la puerta de un local, supuse que allí habría más como "yo".
Oscuro, calor, ruido, muchedumbre. Se parece levemente a mi hogar.
Entré, fijándome en toda la falsedad que desprendían. Fijándome como las mujeres me devoraban con la vista.
Gente bailando en medio de la sala. Me siento en un taburete cercano a la pista y contemplo como cuerpos sudorosos, se entremezclan. ¿Que les ocurre, que hacen que no comienzan a follar todos? Lo están deseando y no se atreven… malditos remilgados.
Un leve chasquido de mis dedos…. Y todos los hombres de la sala, comienzan a besar a las mujeres que tienen delante.
Otro leve chasquido y las mujeres les devuelven sus lenguas a los hombres.
Otro más y ellas bajan hasta poner su cabeza a la altura de las entrepiernas de ellos.
Otro más y ellos se sacan sus pollas.
Ahora si se parece más al infierno.
Frente a mi una fila de mujeres y hombres se agolpan para intentar chupármela. No les voy a defraudar y me la saco. Como lobos se lanzan sobre ella. Me encanta esto.
Noto cabezas entre mis piernas, hombres, mujeres, se pelean por un trozo de mi carne. Hago que crezca un poco más para tratar de saciarlos.
Un último chasquido y todos están desnudos. Follando, a cuatro patas, hombres follando a mujeres, mujeres follando a mujeres, hombres sodomizando a otros. No se ve suelo, solo hay cuerpos desnudos, atractivos…. Follando.
Entre mis piernas ya no hay espacios, solo veo cabezas. Todas buscan lo mismo.
Me corro, con la misma potencia que con las tres putas. Casi ahogo a la muchacha que estaba chupándomela en ese momento, le entran arcadas. Se pelean entre todos por una gota de mi leche.
Solo se escucha la música, los cuerpos agotados se esparcen por todos los lados, desnudos, brillantes. Como estar en casa.
Pero sigo sin encontrar lo que he venido a buscar.
Salgo del local, me dirijo a otra calle. Veo otro lugar iluminado, con gente fuera, me acerco.
Son más jóvenes, mucho más jóvenes, trece años?, dieciséis? Jóvenes. Seguro que ellos si me complacen.
Me acerco y sin hablar, una de las chicas, con una minifalda demasiado corta, me pregunta si me he perdido. Decido no usar mis poderes aquí, voy a trabajar y a violar como hacen los hombres que acaban en mi reino.
Le digo que no, que vengo a tratar de follar con alguien joven. Las chicas se miran y se ríen a carcajadas. No me lo puedo creer, no salen asustadas, ni gritan. Una de ellas me dice que me busque a alguien de mi edad, las otras le ríen la gracia.
Le digo que me gustaría probar con ellas. Se vuelven a reír y me dicen que ellas tres me matarían si lo hiciera con todas a la vez. Ahora el que ríe soy yo.
Una de ellas, dice que sus padres no están en casa y que vayamos los cuatro a ver que podemos hacer.
Me aseguro que mi poder no esta actuando solo.
Llegamos a una casa, entramos y las tres chicas se sientan en el sofá. Me dejan de pie delante de ellas y me preguntan que que voy a hacer ahora.
Les digo que si las voy a follar, tanto si me dejan como si no. Que han llevado a un extraño a casa y que eso no lo hacen las niñas buenas.
Se vuelven a reír y noto como sus caras comienzan a turbarse.
Me desvisto completamente, mientras ellas me miran asombradas. Mi polla está dura ya y sus ojos me la devoran. Me acerco a ellas y la más desvergonzada me la empieza a pajear. Las otras dos la miran sorprendidas y esta les dice que es como lo hacen con sus amigos, solo que esta es más grande.
Se vuelven a reír las tres, y la segunda se la quita de la mano a su amiga y comienza a pajear.
Le digo que me la chupe, y me dice que no, que no sabe y que le da asco.
Es mi momento.
Chúpamela!!!!! - Le grito
Me mira asustada, mira a sus amigas, abre la boquita y se la mete, siento su inexperiencia en forma de dientes, no me importa, lo está haciendo bien y asustada, por fin siento el placer del mal. Comienza a chupar mejor, para y les dice a sus amigas que esta buena.
La tercera se anima y se la quita de su boca para llevársela ella a la suya, la limpia bien de saliva y comienza a tragar, muerde, lame, chupa, esta no esta asustada.
Me la saco de su boca y les digo que se desvistan. Lo dudan, tengo otra oportunidad para beber de su miedo.
Agarro a una por la cintura, la subo en el aire con facilidad y desgarro su camiseta y su falda, mientras grita y se resiste lo que su calentura le deja.
La vuelvo a soltar en el suelo, solo con el tanga y el sujetador. Les digo a las otras que se desnuden y lo hacen, ya bastante asustadas.
A la que acabo de dejar en el suelo, comienza a chupármela otra vez, y las otras dos ya están completamente desnudas. Les agarro las cabezas y obligo a las tres a que me la chupen a la vez. Así lo hacen y cada vez mejor.
Ordeno que se pongan a cuatro patas en el suelo, dudan pero obligo a una de ellas a hacerlo, las demás la imitan.
Comienzo sin remilgos a chupar y lamer los coñitos, con apenas pelo y alguno, para mi sorpresa, muy mojado. Voy trabajando uno tras otro, hasta que por sus gritos noto como se están corriendo casi a la vez.
Es hora de violarlas.
Me incorporo y les digo que voy a follarlas. Dos de ellas me miran aterrorizadas. La otra está más tranquila.
Me tumbo boca arriba y coloco a una de ellas sobre mi polla, no es virgen, no le duele y le gusta. Espero encontrármela en mi reino dentro de poco, será una gran esclava.
Las otras dos me las acerco a mi cabeza. Mientras las beso en la boca, les lamo los pequeños pechos y las masturbo con mis dedos.
La imagen es muy estimulante, dos chiquillas temerosas siendo masturbadas por mi, mientras la tercera me folla como una verdadera lolita.
Me reincorporo casi tirándolas en el suelo. Las pongo a cuatro patas a las tres y comienzo a follarlas así.
Sus gritos me demuestran que las dos asustadas son vírgenes, que la tercera es una verdadera ninfomanía y que me está gustando hacer esto, que por fin encuentro para que sirven los seres humanos.
Acabo corriéndome dentro de cada una, en tres corridas enormes. Creo que les he sacado varios orgasmos a las tres.
Me miran las tres, asustadas, tristes, no sabría describirlo.
¿Te veremos alguna vez más? – Me pregunta la mas joven
Intento calmarme antes de matarlas a las tres, y respondo lo mas tranquilo posible.
Solo si dejáis que os lleve a mi casa –
Las tres se miran, sonríen y se ponen en pie.
¿Está muy lejos? – Dice la mayor
Sonrío y me acerco a ellas.
Las beso a las tres, una a una, matándolas con mi aliento, notando como se convulsionan y como dejan de respirar, como sus cuerpecitos se enfrían.
"Nos vemos en mi casa, pequeñas" Pienso
Dios tiene un muy duro trabajo que hacer aquí, pienso mientras llevo sus almas a mi casa, donde tendrán todo lo que quieran.
Tanto tiempo aquí abajo, tanto tiempo pasando calor, tanto tiempo escuchando lo que la gente me teme, al final uno lo quiere ver con sus propios ojos y notar con su propio cuerpo.
Barajé muchas posibilidades pero cada una de ellas me parecía mejor que la anterior, así que decidí, aprovechando mi poder, realizar mi experimento con todas las formas posibles.
Forma Original:
No duró mucho tiempo. Rojo, caliente, grande, peludo…. Estas no son formas muy conocidas o aceptadas por los seres humanos, esos pobres animales que se asustan de todo lo que sea más grande que ellos.
Aparecí en un callejón, a media noche, donde solo había tres prostitutas, que nada más verme, comenzaron a gritar y a correr. No era lo planeado.
Solo alcé mi mano y las tres se detuvieron. Tres mujeres que se consumirían en mi mundo, no podían huir así de mi, de su futuro dueño.
Caminando hacía ellas, les pregunté porque huían de mi. Solo una de ellas, aterrorizada por no poder moverse, logró, entre sollozos, decirme que yo era un monstruo. Otra armándose de valor, adivinó quien era y gritando me dijo que yo era el mismísimo Diablo y comenzó a santiguarse. Esto me enfureció más aún.
¿Por qué me teméis si vosotras folláis solo como se hace en el infierno? – Les pregunté
A lo que la tercera me respondió entre sollozos:
Porque, estamos en la tierra
Sonreí dándome cuenta de lo simple de sus mentes, de sus pensamientos.
En el fondo soy el señor de las tinieblas y no he venido a la tierra a discutir sobre temas morales.
Les ordene que se desnudaran. Me encantó hacerlo, puesto que eran conscientes de que estaban haciendo algo en contra de su voluntad, pero no podían negarse, los sollozos, pasaron a un llanto dulce como el de un niño con hambre. Las tres ya estaban desnudas completamente. No me importaban sus cuerpos, solo las iba a usar para copular con ellas, saber como es su calor aún vivas, saber como el ser humano es mientras peca.
Mi pene, comenzaba a crecer según mi mente se lo ordenaba, abrí las piernas y las ordené que se acercaran a tocarlo y a lamerlo. Con lágrimas en los ojos y con cara de disgusto, se acercaron a mi gran masa de carne roja. Solo una de ellas se atrevió a decir que tan grande era imposible hacer nada con ella. Decidí entonces que ella misma fuera la primera que lo probase.
Abrió la boca todo lo que pudo, pero solo llegaba a abarcar medio glande. Lamiendo, chupando lo que podía. Las otras dos comenzaron a lamer a los lados, con lágrimas en los ojos, pero con mucha pasión…. Toda la que yo les ordenaba.
Los "por favor", los "basta ya", los "déjanos ir", pasaron a gemidos cuando se dieron cuenta de que polla estaban chupando, cuando se dieron cuenta de quien era yo.
Me recosté en el frío y húmedo suelo, y la primera trató de meterse mi polla por el coño, pero fue imposible, por más que las otras dos la ayudaban. Con mi mano, tome a una por la cintura y puse su coño encima de mi boca. Mi lengua larga y caliente hizo que se me corriera infinidad de veces encima de mi roja cara. Mientras las otras dos trataban, ya como locas, de meterse mi polla en sus coños, casi peleándose por ello.
Imposible – Dijo una de ellas, ya cansada
Decidí que todas pasaran por mi boca. Las tendí en el suelo, desnudas y aprovechando mis lenguas, comencé a lamer sus goteantes coños…. A la vez. Todas se corrieron, todas me pidieron más y todas me dijeron basta cuando los orgasmos las estaban empezando a matar.
Me puse en pie y las ordené que me la mamaran las tres hasta que me corriera. Así lo hicieron.
Lamiendo, chupando, pajeando, incluso mordiendo, lograron sacarme una gran, blanca y espesa corrida, esparcida por todos sus cuerpos.
Allí las dejé, tiradas en el suelo, recuperándose de su cliente más importante.
Pero no estaba contento. Abajo en mi palacio negro, sentía que el no poder poseer, el no poder sentir el miedo en las caras mientras follaba o violaba a alguna mujer u hombre, no estaría completo.
Decidí subir de nuevo con mi segundo plan.
Forma humana:
Aparecí en el mismo callejón, a la misma hora, en distinto día, con distinto cuerpo, elegí una apariencia que los humanos consideraban atractiva, algo así como moreno, ojos grandes, alto, elegante… una farsa de hombre escondido detrás de un simple aspecto.
Salí del callejón. La ciudad era grande, llena de luces, llena de gente. Noté como algunas mujeres ya me miraban. Pensé lo irónico que era Dios, dando vista a los superficiales.
Ví muchas mujeres y hombres elegantes y hermosos en la puerta de un local, supuse que allí habría más como "yo".
Oscuro, calor, ruido, muchedumbre. Se parece levemente a mi hogar.
Entré, fijándome en toda la falsedad que desprendían. Fijándome como las mujeres me devoraban con la vista.
Gente bailando en medio de la sala. Me siento en un taburete cercano a la pista y contemplo como cuerpos sudorosos, se entremezclan. ¿Que les ocurre, que hacen que no comienzan a follar todos? Lo están deseando y no se atreven… malditos remilgados.
Un leve chasquido de mis dedos…. Y todos los hombres de la sala, comienzan a besar a las mujeres que tienen delante.
Otro leve chasquido y las mujeres les devuelven sus lenguas a los hombres.
Otro más y ellas bajan hasta poner su cabeza a la altura de las entrepiernas de ellos.
Otro más y ellos se sacan sus pollas.
Ahora si se parece más al infierno.
Frente a mi una fila de mujeres y hombres se agolpan para intentar chupármela. No les voy a defraudar y me la saco. Como lobos se lanzan sobre ella. Me encanta esto.
Noto cabezas entre mis piernas, hombres, mujeres, se pelean por un trozo de mi carne. Hago que crezca un poco más para tratar de saciarlos.
Un último chasquido y todos están desnudos. Follando, a cuatro patas, hombres follando a mujeres, mujeres follando a mujeres, hombres sodomizando a otros. No se ve suelo, solo hay cuerpos desnudos, atractivos…. Follando.
Entre mis piernas ya no hay espacios, solo veo cabezas. Todas buscan lo mismo.
Me corro, con la misma potencia que con las tres putas. Casi ahogo a la muchacha que estaba chupándomela en ese momento, le entran arcadas. Se pelean entre todos por una gota de mi leche.
Solo se escucha la música, los cuerpos agotados se esparcen por todos los lados, desnudos, brillantes. Como estar en casa.
Pero sigo sin encontrar lo que he venido a buscar.
Salgo del local, me dirijo a otra calle. Veo otro lugar iluminado, con gente fuera, me acerco.
Son más jóvenes, mucho más jóvenes, trece años?, dieciséis? Jóvenes. Seguro que ellos si me complacen.
Me acerco y sin hablar, una de las chicas, con una minifalda demasiado corta, me pregunta si me he perdido. Decido no usar mis poderes aquí, voy a trabajar y a violar como hacen los hombres que acaban en mi reino.
Le digo que no, que vengo a tratar de follar con alguien joven. Las chicas se miran y se ríen a carcajadas. No me lo puedo creer, no salen asustadas, ni gritan. Una de ellas me dice que me busque a alguien de mi edad, las otras le ríen la gracia.
Le digo que me gustaría probar con ellas. Se vuelven a reír y me dicen que ellas tres me matarían si lo hiciera con todas a la vez. Ahora el que ríe soy yo.
Una de ellas, dice que sus padres no están en casa y que vayamos los cuatro a ver que podemos hacer.
Me aseguro que mi poder no esta actuando solo.
Llegamos a una casa, entramos y las tres chicas se sientan en el sofá. Me dejan de pie delante de ellas y me preguntan que que voy a hacer ahora.
Les digo que si las voy a follar, tanto si me dejan como si no. Que han llevado a un extraño a casa y que eso no lo hacen las niñas buenas.
Se vuelven a reír y noto como sus caras comienzan a turbarse.
Me desvisto completamente, mientras ellas me miran asombradas. Mi polla está dura ya y sus ojos me la devoran. Me acerco a ellas y la más desvergonzada me la empieza a pajear. Las otras dos la miran sorprendidas y esta les dice que es como lo hacen con sus amigos, solo que esta es más grande.
Se vuelven a reír las tres, y la segunda se la quita de la mano a su amiga y comienza a pajear.
Le digo que me la chupe, y me dice que no, que no sabe y que le da asco.
Es mi momento.
Chúpamela!!!!! - Le grito
Me mira asustada, mira a sus amigas, abre la boquita y se la mete, siento su inexperiencia en forma de dientes, no me importa, lo está haciendo bien y asustada, por fin siento el placer del mal. Comienza a chupar mejor, para y les dice a sus amigas que esta buena.
La tercera se anima y se la quita de su boca para llevársela ella a la suya, la limpia bien de saliva y comienza a tragar, muerde, lame, chupa, esta no esta asustada.
Me la saco de su boca y les digo que se desvistan. Lo dudan, tengo otra oportunidad para beber de su miedo.
Agarro a una por la cintura, la subo en el aire con facilidad y desgarro su camiseta y su falda, mientras grita y se resiste lo que su calentura le deja.
La vuelvo a soltar en el suelo, solo con el tanga y el sujetador. Les digo a las otras que se desnuden y lo hacen, ya bastante asustadas.
A la que acabo de dejar en el suelo, comienza a chupármela otra vez, y las otras dos ya están completamente desnudas. Les agarro las cabezas y obligo a las tres a que me la chupen a la vez. Así lo hacen y cada vez mejor.
Ordeno que se pongan a cuatro patas en el suelo, dudan pero obligo a una de ellas a hacerlo, las demás la imitan.
Comienzo sin remilgos a chupar y lamer los coñitos, con apenas pelo y alguno, para mi sorpresa, muy mojado. Voy trabajando uno tras otro, hasta que por sus gritos noto como se están corriendo casi a la vez.
Es hora de violarlas.
Me incorporo y les digo que voy a follarlas. Dos de ellas me miran aterrorizadas. La otra está más tranquila.
Me tumbo boca arriba y coloco a una de ellas sobre mi polla, no es virgen, no le duele y le gusta. Espero encontrármela en mi reino dentro de poco, será una gran esclava.
Las otras dos me las acerco a mi cabeza. Mientras las beso en la boca, les lamo los pequeños pechos y las masturbo con mis dedos.
La imagen es muy estimulante, dos chiquillas temerosas siendo masturbadas por mi, mientras la tercera me folla como una verdadera lolita.
Me reincorporo casi tirándolas en el suelo. Las pongo a cuatro patas a las tres y comienzo a follarlas así.
Sus gritos me demuestran que las dos asustadas son vírgenes, que la tercera es una verdadera ninfomanía y que me está gustando hacer esto, que por fin encuentro para que sirven los seres humanos.
Acabo corriéndome dentro de cada una, en tres corridas enormes. Creo que les he sacado varios orgasmos a las tres.
Me miran las tres, asustadas, tristes, no sabría describirlo.
¿Te veremos alguna vez más? – Me pregunta la mas joven
Intento calmarme antes de matarlas a las tres, y respondo lo mas tranquilo posible.
Solo si dejáis que os lleve a mi casa –
Las tres se miran, sonríen y se ponen en pie.
¿Está muy lejos? – Dice la mayor
Sonrío y me acerco a ellas.
Las beso a las tres, una a una, matándolas con mi aliento, notando como se convulsionan y como dejan de respirar, como sus cuerpecitos se enfrían.
"Nos vemos en mi casa, pequeñas" Pienso
Dios tiene un muy duro trabajo que hacer aquí, pienso mientras llevo sus almas a mi casa, donde tendrán todo lo que quieran.
1 sept 2009
Soberbia
Ser biólogo marino es lo que tiene. Te vas de viaje, estudias el agua, los peces y algunos microorganismo más y los siguientes días te los pasas haciendo turismo por el lugar. Lo malo es cuando destinan a tu equipo al Ártico.
El último estudio que nos habían asignado fue a Venezuela, a Isla Margarita. Mujeres preciosas, sol y playa al acabar la dura jornada laboral.
El equipo lo formábamos cuatro personas, los cuatro hombres y los cuatro pasando de la treintena. El más joven era yo, treinta y uno recién cumplidos, después estaba Paco de treinta y cinco, Nacho de treinta y tres y por último el director de expediciones y nuestro superior: el capullo de Julio. Engreído, rico, sabelotodo y lo que más nos jodía al resto: Soberbio.
Llegamos al lugar. Nos habíamos hospedado en una especie de pueblo que había a pocos kilómetros del punto donde teníamos que hacer el estudio. El primer día nada más llegar al punto, nos llevamos una sorpresa al ver que en los alrededores del lago había un pequeño pueblo de esquimales.
"Chicos, mientras vosotros tomáis las primeras muestras allí fuera, yo voy a dar una vuelta por el pueblo, a ver si estos ignorantes indígenas nos pueden decir algo más acerca de el clima, lluvias, etc, etc"
Los tres lo miramos mientras se subía al coche oruga y nos dejaba otra vez allí, haciendo el trabajo sucio.
"Mamón" Pensé para mi.
La jornada acabó como empezó: De día. Se hacía raro ver que aquel lugar mantenía una luz constante entre grisácea y clara.
Llegó con su coche oruga con más de diez minutos de retraso y se disculpó diciendo que había estado charlando con los esquimales, y que le había echado el ojo a la hija de uno de los lugareños.
"Menudo bombón, tendríais que verla, preciosa: Delgadita, ojos rasgados, morena de piel, pelo largo y negro, toda una preciosidad"
Sus palabras iban acompañadas de ese tono despectivo y soberbio que le hacia ser un hombre que caía mal desde que te decía hola.
Los siguientes días fueron igual que el primero: Nosotros tres empapando frío y el capullo de Julio de visita en el pueblo.
El tercer día estaba más callado de lo normal y sus palabras nos hicieron ver que algo había pasado:
- Tíos os tengo que confesar que me he enamorado – Dijo mirando a la nada mientras conducía
- De la esquimal esa? – Preguntó Paco
- Hoy estuvimos solos y después de conversar largo rato, no me pude resistir a sus ojos y la besé – dijo mirándonos, como esperando que le preguntáramos más.
- Se dejó? – Le pregunte yo
- No solo se dejó, si no que no paró; y al final… me hizo una mamada de escándalo – Dijo con la cara de soplapollas más grande que he visto jamás
- Vamos tío, eso no se lo cree nadie – Dijo Paco de nuevo
- Me la llevo a España, me ha dicho que la saque de este infierno de hielo – Dijo con cara de triunfador.
Estas palabras, unidas a su cara, hicieron que Nacho no se aguantara más y le soltara:
- Mira tío, como puedes ir vacilando de eso, además que coño te vas a llevar a una tía así, conociéndola de solo tres días? -
- Pues no sabéis lo mejor…… Tiene solo 19 añitos – Soltó Julio, y golpeando el volante como un tonto, se comenzó a carcajear.
Dicho y hecho. Después del sexto día, Julio apareció en el hotel con sus maletas y su nueva novia.
En una cosa no se había equivocado, la chica en cuestión era toda una preciosidad.
Piel morena y suave, pelo largo, liso y negro como el carbón, ojos achinados. No muy alta, pero si bien formada, bonitas curvas y proporcionada. No, no nos había mentido, su nueva novia era espectacular.
- Chicos, os presento a Anuk – dijo Julio con su cara de "soy el mejor"
La chica hizo una leve reverencia y sonrió. La verdad que era toda una preciosidad
Nacho, Paco y yo sonreímos como pudimos y la saludamos con más frialdad que entusiasmo, quizás debido al novio que tenia que a lo que su belleza merecía.
En el avión de vuelta, los dos novios no pararon de tocarse, besarse, decirse cosas al oído. Incluso les vimos ir juntos al baño dos veces.
No lo voy a negar, independientemente de que Julio sea gilipollas, a los tres nos podía la envidia. Solo pensar que ese capullo se estaba beneficiando a esa preciosidad, hacía que lo odiara aún más si cabía.
El sentimiento era recíproco, ya que en el largo viaje, ninguno de nosotros tres abrió la boca para nada. El ambiente era más bien espeso.
Ya en la ciudad y pasados dos meses desde nuestro regreso, recibí un SMS a mi móvil
"Me caso amigos, con Anuk. Es la mujer de mi vida
y no puedo vivir sin ella. Os haré llegar las invitaciones"
Vale, ahora si lo había visto ya todo. El soberbio, el ligón, el "casanova", el soltero de oro, se nos había enamorado.
Las invitaciones llegaron y con ellas la boda.
Baile, tarta, Rols royce para los novios, vamos que la Preysler hubiera estado la mar de a gusto en aquella campiña rodeada de grandes hombres de negocios y sus lujosos trajes y vestidos.
Luna de miel a la Polinesia francesa y a la vuelta, quedada para ver en su pantalla de plasma las fotos digitales de su viaje.
Playas paradisíacas, habitación del hotel a todo lujo, vamos un verdadero viaje de placer.
Lo que cortaba la respiración eran las fotos en top less de Anuk. La joven era preciosa de verdad, unos pechos perfectos una piel morena, su cintura, su carita, sus ojos, todo en ella era digno de alabanza.
Después de ver las fotos, nosotros tres solo teníamos ojos para Anuk, que sonreía y se portaba de un modo muy amable y tierno con los tres.
Julio se fue a la cocina a preparar no se que plato hecho de migas y hojaldre, Anuk le estaba acompañando y nosotros tres nos quedamos solos con nuestras botellas de vino.
- Le verdad es que la chiquita esta de muerte no creéis? – Pregunto Paco con cierta malicia.
- Si, es una preciosidad – Respondí yo aguantándome una carcajada al ver como Nacho intentaba buscar en el PC de Julio las fotos de Anuk con los pechos al aire.
- Os voy a decir algo – Dijo Nacho sin mirarnos y aún buscando las fotos – Sabíais que hay una tradición esquimal que dice que los invitados a sus casas tienen derecho a tirarse a su mujer? -
Paco y yo no pudimos contener por más tiempo la risa y estallamos en una sonora carcajada.
- Listillos, si estáis intentando buscar los pechos de mi mujer daros prisa, que queda poco para la cena – Grito Julio desde la cocina
Nacho abrió en la pantalla del PC la foto que estaba buscando.
Anuk de rodillas en la arena blanca, con las manos en su nuca, levantando su negro pelo y con sus dos perfectos pechos apuntando hacia el paraíso.
- Que se vaya a la mierda, voy a probarlo y si cuela, coló – Dijo Nacho cerrando la foto, advirtiendo que venia Julio con su mujer.
Paco y yo nos miramos y no entendimos estas últimas palabras de nuestro amigo.
La cena transcurrió escuchando los chistes malos de Julio, los avances en castellano de Anuk y la soberbia de su marido con respecto a lo bien que follan las esquimales. Este último apartado, por supuesto sin que su joven esposa entendiera nada de lo que su, cada vez más borracho marido, decía.
- Mirad, os confesaré algo: es elástica hasta el punto que cuando la tengo a cuatro patas delante de mí puede llegar a rodearme con sus piernas y seguir follándomela solo apoyando sus manos en el colchón. Es una autentica diosa del placer – Dijo acariciando el mentón de "su" Anuk.
"No aguanto más a este imbécil" Pensé mirando de nuevo a la inocente Anuk, que a estas alturas ya había bebido también un poco más de lo que su pequeño y supuestamente elástico cuerpecito podía aguantar.
Julio se retiró dando tumbos a la cocina a buscar no se qué.
Nosotros tres nos quedamos en la mesa junto a Anuk.
- Vosotros ser muy buanos amigos, los mejores que Julio tiene. Yo soy ahora amiga tuyas también - Dijo la joven esquimal en el mejor español que las clases y el alcohol podían dejarla hablar en esos momentos.
Nacho nos miro, dejó la copa de vino en la mesa y acercándose despacio a la joven, le dijo en ingles:
- Aún conserváis la costumbre de que la mujer atienda a los invitados del marido?
Paco no pudo escuchar nada, pero yo si, y mi cara de sorpresa solo hizo que Nacho sonriera maliciosamente al mirarme.
Anuk, dejo su copa de vino y miro a Nacho a los ojos y dijo en un perfecto ingles:
- Allí si, pero se que aquí eso no es una tradición -
A lo que Nacho devolviéndole la mirada, contestó:
- Pero tu eres de esquimal y Julio nos ha dicho que en la cama eres una experta, así que queramos saber si es cierta la costumbre y si es cierto lo que tu marido dice de ti, sin importarle lo más mínimo lo que opinen sus "mejores amigos" de su esposa -
Los ojos de Anuk se llenaron de ira.
La mano de Anuk, voló por el aire en busca del rostro de Nacho
La rapidez de Nacho se hizo patente en la detección del movimiento y de su capacidad para contenerlo.
Anuk iba a gritar y todo esto se iba a convertir en una locura. A mi personalmente, no me importaba lo más mínimo las consecuencias que con respecto a la amistad de Julio pudiera acarrear la discusión. Pero si me preocupaba las consecuencias de lo que pensaría y ocurriría con Anuk.
Esta buscó a Paco, que estaba atontado viendo lo que se había montado en un momento y seguidamente la joven me miró a mi también llena de odio.
- Anuk – Le dije en ingles – Lo que ha dicho Nacho es cierto, tu marido ha estado toda la noche presumiendo de tus dotes de amante sin ningún reparo hacia ti.
Anuk bajo la mano y dejó de forcejear con Nacho. Este a su vez, visiblemente arrepentido la miro pidiendo perdón con sus ojos.
Julio volvió con los postres.
Ninguno de los cuatro los tocó. Todos teníamos las miradas perdidas y pensando que había pasado hacia escasos minutos.
Julio, que en su leve borrachera ni se había dado cuenta del ambiente de tensión que había en el comedor, se levanto para buscar algo entre los CDs de su escritorio.
- Julio, voy a enseñarles a los chicos los regalos que le hemos traído del viaje – Dijo secamente Anuk.
- Sin problema cariño, están en la sala de la TV – Dijo julio mientras seguía buscando algo.
Anuk se levantó y nos condujo hasta la otra punta de la casa. En la "Sala de la TV", había un gran sillón y otra TV de plasma. Decorada con simplicidad, el precio de todo lo que había en esa habitación daría para dar de comer a media India.
- Sentaros en el sillón – Nos indicó Anuk a los tres.
Obedecimos.
No se puso a buscar nada.
Solamente se quedó de pie delante nuestra y con un suave movimiento, se quito el pantalón corto que tenia de estar en casa.
Nuestras caras..... bueno nuestras caras no tengo ni idea de la pinta que tenían, yo solo se que la chica tenía unas de las más bonitas piernas que yo haya visto en toda mi vida, que no usaba ropa interior y que su segundo movimiento fue el de quitarse la camiseta que llevaba puesta.
Decididamente, no llevaba ropa interior.
- Ahora vais a ver si soy tan buena follando como dice el estúpido de mi marido – Dijo con una de las caras más viciosas que yo recuerde.
Nacho fue el primero.
Anuk se acerco a el totalmente desnuda y agachándose le abrió el pantalón que llevaba, con un movimiento ágil, saco su pene y arrodillándose delante de el, comenzó a pajearlo mirándolo con deseo. Nacho se recostó hacia atrás y con un suspiro cerró los ojos y puso una de sus manos en la morena cabellera de la joven esquimal.
El efecto de la boca de Anuk en el pene de Nacho no tardo en surgir el efecto deseado. La chica le estaba haciendo una mamada de escándalo y su mástil estaba ya completamente erecto.
Paco y yo mirábamos la escena sin saber muy bien que hacer. La situación era difícil, por que la ira hacía que una jovencita estuviera chupando una polla, que seguro no iba a ser la última; pero la soberbia de Julio, hacia que no nos importara mucho que se llevara esta cornamenta.
Cuando Anuk vio que la polla de Nacho estaba absolutamente tiesa y lubricada, le tomo de los pantalones y se los quito con suma facilidad.
La verdad que la chica parecía de verdad toda una experta y privilegiada en estas cosas.
Sin pensárselo dos veces, se incorporó y girándose para darle la espalda a Nacho, se abrió de piernas y tomando su falo, bajo hasta introducírselo en su sexo.
Nacho solo podía gemir y respirar entrecortadamente.
Anuk miró a Paco y este, como un resorte, se levanto, se abrió los pantalones y se puso delante de ella.
Ella lo acercó tomándolo por las nalgas, y bajando su ropa interior y sin dejar de cabalgar encima de la polla de Nacho, comenzó a chupar el ya bastante duro sexo de Paco.
Este me miraba a mi, como buscando una complicidad. Pero la complicidad la encontró en una mamada salvaje que la morena le estaba dando. Su movimiento de cabeza, era tan salvaje como las embestidas que a su vez le estaba dando Nacho, que ya estaba sobando los perfectos pechos de Anuk.
Yo no pude más y abriéndome la cremallera de mis vaqueros, saque mi sexo y comencé a masturbarme viendo como mis dos colegas de trabajo, daban buena cuenta de esa preciosidad.
Pero al parecer, la preciosidad no tenía bastante.
- Ven -
Pudo decir sacándose el sexo de Paco de su boca.
No lo pensé.
Los gemidos de mis dos amigos, me decían que esta chica era tan buena como su estúpido y soberbio marido nos había dicho sin que ella lo entendiera.
Me levante, me despoje de mis pantalones y boxers y me puse al lado de Paco.
Anuk, dejo el mástil de mi amigo y con una gran facilidad, se introdujo el mío en su boquita.
Mientras Nacho seguía penetrándola, ahora Paco comenzó a lamerle y chuparle los pechos, mientras ella me hacia una de las mejores mamadas de toda mi vida.
- Me voy a correr tía – Dijo Nacho entre un gemido y una respiración.
Anuk entendió lo que Nacho quiso decir y paro de cabalgarle.
Se vació de el y separándose de las tres duras y lubricadas pollas que le rodeaban, tomó mi mano y con un gesto de necesidad, me tumbó en la alfombra que decoraba el suelo.
Poniéndose encima mía, se introdujo mi sexo en el suyo, entrando con una facilidad pasmosa. No se movió y llamo a Paco. A este le colocó detrás de ella y con gestos le indicó que quería que se la metiera.
- Joder, y ahora por el culo… tengo, tengo, tengo que lubricarla antes. – Dijo Paco bastante nervioso.
Paco, supongo que entregado a la sesión de sexo y cegado por su calentura, se olvido que mi polla estaba dentro de la joven. No le importó. Saco su lengua y jugándose el tocar mi sexo, a escasos centímetros, comenzó a lamer el culo de Anuk.
Anuk, ahora si estaba gozando.
Su respiración y movimientos comenzaban a ser muy exagerados.
Paco no pudo más y separándose del moreno y precioso culo, lubrico su pene y se acerco a su objetivo.
Sus palabras no nos dejaron ninguna duda.
- Hostiasssss, que bien entra!! -
Nacho ya no podía más y se puso delante de la boca de Anuk. Esta sin pensarlo y entre gritos de placer ya sin control alguno, comenzó a chupar aquella verga que Nacho le ofrecía.
Por un momento un pensamiento lúcido atravesó mi mente: "¿Pero donde esta el gilipollas de Julio?"
No es que en estos momentos ya me importara mucho que nos fuera a pillar follándonos a su novia, pero la curiosidad me había picado, solo por unos segundos.
Anuk, aún no se como, apoyándose con sus manos en el suelo, logró rodear con sus piernas la cintura de Paco, que aún estaba metiendo su mástil por el ano de la joven.
La sensación de ver a la pequeña esquimal en el aire, apoyada solo con sus brazos en el suelo y ensartada por nosotros, siendo una marioneta entre tres hombres, a nuestra disposición, dejándose llevar por los movimientos de tres vergas dentro de su cuerpo, hizo que el orgasmo se me adelantara.
Con un grito, que intenté ahogar con todas mis fuerzas, me corrí. Seguido de mi acabo Nacho, que dándoselo a beber, hizo que Anuk, soltara un grito gutural cuando ella llegó a correrse. Paco comenzó a temblar y sacando su pene del estrecho agujero de nuestra amante, se corrió dejando un surco de leche blanca en la morena y brillante espalda de la joven.
Dejándose caer sobre nosotros, Anuk absolutamente abatida levanto la cabeza y miro al marco de la puerta.
- I’m the best fucking… that’s right mi little husband? – Dijo Anuk casi sin poder respirar.
- Hija de puta, hijos de puta... ¿pero que habéis hecho? – Dijo Julio desde el marco de la puerta, con las manos en la cabeza.
Nosotros tres, como pudimos, nos separamos del sudoroso cuerpo de Anuk y tomamos nuestras ropas, intentando taparnos con ellas.
Fue Nacho el que comenzó a caminar hacia fuera de la habitación y parándose al lado de Julio le dijo al oído.
- Me encanta que mantengan ciertas costumbres estos ignorantes pueblos indígenas -
Julio apenas podía reaccionar, estaba mirando el cuerpo desnudo de su mujer, tumbado en la alfombra y absolutamente adormecida y relajada.
Anuk abrió sus ojitos negros y orientales y dijo en su perfecto ingles:
- Eres un soberbio, jódete -
Al salir por la puerta del piso, creo que escuché a Julio sollozar.
"Siempre fue un gilipollas"
El último estudio que nos habían asignado fue a Venezuela, a Isla Margarita. Mujeres preciosas, sol y playa al acabar la dura jornada laboral.
El equipo lo formábamos cuatro personas, los cuatro hombres y los cuatro pasando de la treintena. El más joven era yo, treinta y uno recién cumplidos, después estaba Paco de treinta y cinco, Nacho de treinta y tres y por último el director de expediciones y nuestro superior: el capullo de Julio. Engreído, rico, sabelotodo y lo que más nos jodía al resto: Soberbio.
Llegamos al lugar. Nos habíamos hospedado en una especie de pueblo que había a pocos kilómetros del punto donde teníamos que hacer el estudio. El primer día nada más llegar al punto, nos llevamos una sorpresa al ver que en los alrededores del lago había un pequeño pueblo de esquimales.
"Chicos, mientras vosotros tomáis las primeras muestras allí fuera, yo voy a dar una vuelta por el pueblo, a ver si estos ignorantes indígenas nos pueden decir algo más acerca de el clima, lluvias, etc, etc"
Los tres lo miramos mientras se subía al coche oruga y nos dejaba otra vez allí, haciendo el trabajo sucio.
"Mamón" Pensé para mi.
La jornada acabó como empezó: De día. Se hacía raro ver que aquel lugar mantenía una luz constante entre grisácea y clara.
Llegó con su coche oruga con más de diez minutos de retraso y se disculpó diciendo que había estado charlando con los esquimales, y que le había echado el ojo a la hija de uno de los lugareños.
"Menudo bombón, tendríais que verla, preciosa: Delgadita, ojos rasgados, morena de piel, pelo largo y negro, toda una preciosidad"
Sus palabras iban acompañadas de ese tono despectivo y soberbio que le hacia ser un hombre que caía mal desde que te decía hola.
Los siguientes días fueron igual que el primero: Nosotros tres empapando frío y el capullo de Julio de visita en el pueblo.
El tercer día estaba más callado de lo normal y sus palabras nos hicieron ver que algo había pasado:
- Tíos os tengo que confesar que me he enamorado – Dijo mirando a la nada mientras conducía
- De la esquimal esa? – Preguntó Paco
- Hoy estuvimos solos y después de conversar largo rato, no me pude resistir a sus ojos y la besé – dijo mirándonos, como esperando que le preguntáramos más.
- Se dejó? – Le pregunte yo
- No solo se dejó, si no que no paró; y al final… me hizo una mamada de escándalo – Dijo con la cara de soplapollas más grande que he visto jamás
- Vamos tío, eso no se lo cree nadie – Dijo Paco de nuevo
- Me la llevo a España, me ha dicho que la saque de este infierno de hielo – Dijo con cara de triunfador.
Estas palabras, unidas a su cara, hicieron que Nacho no se aguantara más y le soltara:
- Mira tío, como puedes ir vacilando de eso, además que coño te vas a llevar a una tía así, conociéndola de solo tres días? -
- Pues no sabéis lo mejor…… Tiene solo 19 añitos – Soltó Julio, y golpeando el volante como un tonto, se comenzó a carcajear.
Dicho y hecho. Después del sexto día, Julio apareció en el hotel con sus maletas y su nueva novia.
En una cosa no se había equivocado, la chica en cuestión era toda una preciosidad.
Piel morena y suave, pelo largo, liso y negro como el carbón, ojos achinados. No muy alta, pero si bien formada, bonitas curvas y proporcionada. No, no nos había mentido, su nueva novia era espectacular.
- Chicos, os presento a Anuk – dijo Julio con su cara de "soy el mejor"
La chica hizo una leve reverencia y sonrió. La verdad que era toda una preciosidad
Nacho, Paco y yo sonreímos como pudimos y la saludamos con más frialdad que entusiasmo, quizás debido al novio que tenia que a lo que su belleza merecía.
En el avión de vuelta, los dos novios no pararon de tocarse, besarse, decirse cosas al oído. Incluso les vimos ir juntos al baño dos veces.
No lo voy a negar, independientemente de que Julio sea gilipollas, a los tres nos podía la envidia. Solo pensar que ese capullo se estaba beneficiando a esa preciosidad, hacía que lo odiara aún más si cabía.
El sentimiento era recíproco, ya que en el largo viaje, ninguno de nosotros tres abrió la boca para nada. El ambiente era más bien espeso.
Ya en la ciudad y pasados dos meses desde nuestro regreso, recibí un SMS a mi móvil
"Me caso amigos, con Anuk. Es la mujer de mi vida
y no puedo vivir sin ella. Os haré llegar las invitaciones"
Vale, ahora si lo había visto ya todo. El soberbio, el ligón, el "casanova", el soltero de oro, se nos había enamorado.
Las invitaciones llegaron y con ellas la boda.
Baile, tarta, Rols royce para los novios, vamos que la Preysler hubiera estado la mar de a gusto en aquella campiña rodeada de grandes hombres de negocios y sus lujosos trajes y vestidos.
Luna de miel a la Polinesia francesa y a la vuelta, quedada para ver en su pantalla de plasma las fotos digitales de su viaje.
Playas paradisíacas, habitación del hotel a todo lujo, vamos un verdadero viaje de placer.
Lo que cortaba la respiración eran las fotos en top less de Anuk. La joven era preciosa de verdad, unos pechos perfectos una piel morena, su cintura, su carita, sus ojos, todo en ella era digno de alabanza.
Después de ver las fotos, nosotros tres solo teníamos ojos para Anuk, que sonreía y se portaba de un modo muy amable y tierno con los tres.
Julio se fue a la cocina a preparar no se que plato hecho de migas y hojaldre, Anuk le estaba acompañando y nosotros tres nos quedamos solos con nuestras botellas de vino.
- Le verdad es que la chiquita esta de muerte no creéis? – Pregunto Paco con cierta malicia.
- Si, es una preciosidad – Respondí yo aguantándome una carcajada al ver como Nacho intentaba buscar en el PC de Julio las fotos de Anuk con los pechos al aire.
- Os voy a decir algo – Dijo Nacho sin mirarnos y aún buscando las fotos – Sabíais que hay una tradición esquimal que dice que los invitados a sus casas tienen derecho a tirarse a su mujer? -
Paco y yo no pudimos contener por más tiempo la risa y estallamos en una sonora carcajada.
- Listillos, si estáis intentando buscar los pechos de mi mujer daros prisa, que queda poco para la cena – Grito Julio desde la cocina
Nacho abrió en la pantalla del PC la foto que estaba buscando.
Anuk de rodillas en la arena blanca, con las manos en su nuca, levantando su negro pelo y con sus dos perfectos pechos apuntando hacia el paraíso.
- Que se vaya a la mierda, voy a probarlo y si cuela, coló – Dijo Nacho cerrando la foto, advirtiendo que venia Julio con su mujer.
Paco y yo nos miramos y no entendimos estas últimas palabras de nuestro amigo.
La cena transcurrió escuchando los chistes malos de Julio, los avances en castellano de Anuk y la soberbia de su marido con respecto a lo bien que follan las esquimales. Este último apartado, por supuesto sin que su joven esposa entendiera nada de lo que su, cada vez más borracho marido, decía.
- Mirad, os confesaré algo: es elástica hasta el punto que cuando la tengo a cuatro patas delante de mí puede llegar a rodearme con sus piernas y seguir follándomela solo apoyando sus manos en el colchón. Es una autentica diosa del placer – Dijo acariciando el mentón de "su" Anuk.
"No aguanto más a este imbécil" Pensé mirando de nuevo a la inocente Anuk, que a estas alturas ya había bebido también un poco más de lo que su pequeño y supuestamente elástico cuerpecito podía aguantar.
Julio se retiró dando tumbos a la cocina a buscar no se qué.
Nosotros tres nos quedamos en la mesa junto a Anuk.
- Vosotros ser muy buanos amigos, los mejores que Julio tiene. Yo soy ahora amiga tuyas también - Dijo la joven esquimal en el mejor español que las clases y el alcohol podían dejarla hablar en esos momentos.
Nacho nos miro, dejó la copa de vino en la mesa y acercándose despacio a la joven, le dijo en ingles:
- Aún conserváis la costumbre de que la mujer atienda a los invitados del marido?
Paco no pudo escuchar nada, pero yo si, y mi cara de sorpresa solo hizo que Nacho sonriera maliciosamente al mirarme.
Anuk, dejo su copa de vino y miro a Nacho a los ojos y dijo en un perfecto ingles:
- Allí si, pero se que aquí eso no es una tradición -
A lo que Nacho devolviéndole la mirada, contestó:
- Pero tu eres de esquimal y Julio nos ha dicho que en la cama eres una experta, así que queramos saber si es cierta la costumbre y si es cierto lo que tu marido dice de ti, sin importarle lo más mínimo lo que opinen sus "mejores amigos" de su esposa -
Los ojos de Anuk se llenaron de ira.
La mano de Anuk, voló por el aire en busca del rostro de Nacho
La rapidez de Nacho se hizo patente en la detección del movimiento y de su capacidad para contenerlo.
Anuk iba a gritar y todo esto se iba a convertir en una locura. A mi personalmente, no me importaba lo más mínimo las consecuencias que con respecto a la amistad de Julio pudiera acarrear la discusión. Pero si me preocupaba las consecuencias de lo que pensaría y ocurriría con Anuk.
Esta buscó a Paco, que estaba atontado viendo lo que se había montado en un momento y seguidamente la joven me miró a mi también llena de odio.
- Anuk – Le dije en ingles – Lo que ha dicho Nacho es cierto, tu marido ha estado toda la noche presumiendo de tus dotes de amante sin ningún reparo hacia ti.
Anuk bajo la mano y dejó de forcejear con Nacho. Este a su vez, visiblemente arrepentido la miro pidiendo perdón con sus ojos.
Julio volvió con los postres.
Ninguno de los cuatro los tocó. Todos teníamos las miradas perdidas y pensando que había pasado hacia escasos minutos.
Julio, que en su leve borrachera ni se había dado cuenta del ambiente de tensión que había en el comedor, se levanto para buscar algo entre los CDs de su escritorio.
- Julio, voy a enseñarles a los chicos los regalos que le hemos traído del viaje – Dijo secamente Anuk.
- Sin problema cariño, están en la sala de la TV – Dijo julio mientras seguía buscando algo.
Anuk se levantó y nos condujo hasta la otra punta de la casa. En la "Sala de la TV", había un gran sillón y otra TV de plasma. Decorada con simplicidad, el precio de todo lo que había en esa habitación daría para dar de comer a media India.
- Sentaros en el sillón – Nos indicó Anuk a los tres.
Obedecimos.
No se puso a buscar nada.
Solamente se quedó de pie delante nuestra y con un suave movimiento, se quito el pantalón corto que tenia de estar en casa.
Nuestras caras..... bueno nuestras caras no tengo ni idea de la pinta que tenían, yo solo se que la chica tenía unas de las más bonitas piernas que yo haya visto en toda mi vida, que no usaba ropa interior y que su segundo movimiento fue el de quitarse la camiseta que llevaba puesta.
Decididamente, no llevaba ropa interior.
- Ahora vais a ver si soy tan buena follando como dice el estúpido de mi marido – Dijo con una de las caras más viciosas que yo recuerde.
Nacho fue el primero.
Anuk se acerco a el totalmente desnuda y agachándose le abrió el pantalón que llevaba, con un movimiento ágil, saco su pene y arrodillándose delante de el, comenzó a pajearlo mirándolo con deseo. Nacho se recostó hacia atrás y con un suspiro cerró los ojos y puso una de sus manos en la morena cabellera de la joven esquimal.
El efecto de la boca de Anuk en el pene de Nacho no tardo en surgir el efecto deseado. La chica le estaba haciendo una mamada de escándalo y su mástil estaba ya completamente erecto.
Paco y yo mirábamos la escena sin saber muy bien que hacer. La situación era difícil, por que la ira hacía que una jovencita estuviera chupando una polla, que seguro no iba a ser la última; pero la soberbia de Julio, hacia que no nos importara mucho que se llevara esta cornamenta.
Cuando Anuk vio que la polla de Nacho estaba absolutamente tiesa y lubricada, le tomo de los pantalones y se los quito con suma facilidad.
La verdad que la chica parecía de verdad toda una experta y privilegiada en estas cosas.
Sin pensárselo dos veces, se incorporó y girándose para darle la espalda a Nacho, se abrió de piernas y tomando su falo, bajo hasta introducírselo en su sexo.
Nacho solo podía gemir y respirar entrecortadamente.
Anuk miró a Paco y este, como un resorte, se levanto, se abrió los pantalones y se puso delante de ella.
Ella lo acercó tomándolo por las nalgas, y bajando su ropa interior y sin dejar de cabalgar encima de la polla de Nacho, comenzó a chupar el ya bastante duro sexo de Paco.
Este me miraba a mi, como buscando una complicidad. Pero la complicidad la encontró en una mamada salvaje que la morena le estaba dando. Su movimiento de cabeza, era tan salvaje como las embestidas que a su vez le estaba dando Nacho, que ya estaba sobando los perfectos pechos de Anuk.
Yo no pude más y abriéndome la cremallera de mis vaqueros, saque mi sexo y comencé a masturbarme viendo como mis dos colegas de trabajo, daban buena cuenta de esa preciosidad.
Pero al parecer, la preciosidad no tenía bastante.
- Ven -
Pudo decir sacándose el sexo de Paco de su boca.
No lo pensé.
Los gemidos de mis dos amigos, me decían que esta chica era tan buena como su estúpido y soberbio marido nos había dicho sin que ella lo entendiera.
Me levante, me despoje de mis pantalones y boxers y me puse al lado de Paco.
Anuk, dejo el mástil de mi amigo y con una gran facilidad, se introdujo el mío en su boquita.
Mientras Nacho seguía penetrándola, ahora Paco comenzó a lamerle y chuparle los pechos, mientras ella me hacia una de las mejores mamadas de toda mi vida.
- Me voy a correr tía – Dijo Nacho entre un gemido y una respiración.
Anuk entendió lo que Nacho quiso decir y paro de cabalgarle.
Se vació de el y separándose de las tres duras y lubricadas pollas que le rodeaban, tomó mi mano y con un gesto de necesidad, me tumbó en la alfombra que decoraba el suelo.
Poniéndose encima mía, se introdujo mi sexo en el suyo, entrando con una facilidad pasmosa. No se movió y llamo a Paco. A este le colocó detrás de ella y con gestos le indicó que quería que se la metiera.
- Joder, y ahora por el culo… tengo, tengo, tengo que lubricarla antes. – Dijo Paco bastante nervioso.
Paco, supongo que entregado a la sesión de sexo y cegado por su calentura, se olvido que mi polla estaba dentro de la joven. No le importó. Saco su lengua y jugándose el tocar mi sexo, a escasos centímetros, comenzó a lamer el culo de Anuk.
Anuk, ahora si estaba gozando.
Su respiración y movimientos comenzaban a ser muy exagerados.
Paco no pudo más y separándose del moreno y precioso culo, lubrico su pene y se acerco a su objetivo.
Sus palabras no nos dejaron ninguna duda.
- Hostiasssss, que bien entra!! -
Nacho ya no podía más y se puso delante de la boca de Anuk. Esta sin pensarlo y entre gritos de placer ya sin control alguno, comenzó a chupar aquella verga que Nacho le ofrecía.
Por un momento un pensamiento lúcido atravesó mi mente: "¿Pero donde esta el gilipollas de Julio?"
No es que en estos momentos ya me importara mucho que nos fuera a pillar follándonos a su novia, pero la curiosidad me había picado, solo por unos segundos.
Anuk, aún no se como, apoyándose con sus manos en el suelo, logró rodear con sus piernas la cintura de Paco, que aún estaba metiendo su mástil por el ano de la joven.
La sensación de ver a la pequeña esquimal en el aire, apoyada solo con sus brazos en el suelo y ensartada por nosotros, siendo una marioneta entre tres hombres, a nuestra disposición, dejándose llevar por los movimientos de tres vergas dentro de su cuerpo, hizo que el orgasmo se me adelantara.
Con un grito, que intenté ahogar con todas mis fuerzas, me corrí. Seguido de mi acabo Nacho, que dándoselo a beber, hizo que Anuk, soltara un grito gutural cuando ella llegó a correrse. Paco comenzó a temblar y sacando su pene del estrecho agujero de nuestra amante, se corrió dejando un surco de leche blanca en la morena y brillante espalda de la joven.
Dejándose caer sobre nosotros, Anuk absolutamente abatida levanto la cabeza y miro al marco de la puerta.
- I’m the best fucking… that’s right mi little husband? – Dijo Anuk casi sin poder respirar.
- Hija de puta, hijos de puta... ¿pero que habéis hecho? – Dijo Julio desde el marco de la puerta, con las manos en la cabeza.
Nosotros tres, como pudimos, nos separamos del sudoroso cuerpo de Anuk y tomamos nuestras ropas, intentando taparnos con ellas.
Fue Nacho el que comenzó a caminar hacia fuera de la habitación y parándose al lado de Julio le dijo al oído.
- Me encanta que mantengan ciertas costumbres estos ignorantes pueblos indígenas -
Julio apenas podía reaccionar, estaba mirando el cuerpo desnudo de su mujer, tumbado en la alfombra y absolutamente adormecida y relajada.
Anuk abrió sus ojitos negros y orientales y dijo en su perfecto ingles:
- Eres un soberbio, jódete -
Al salir por la puerta del piso, creo que escuché a Julio sollozar.
"Siempre fue un gilipollas"
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