29 sept 2009

Amor Salado


Amor salado

No me lo creía, era imposible. Después de su último desamor Cloe había empezado a salir con una chica y no solo eso, en su confesión me había dicho que no echaba de menos a los hombres, ni a sus miembros, ni su sabor.

Cloe mi Cloe.

- ¡Qué perdida para el género masculino! – Le dije tomando algo en una terraza
- De verdad que he encontrado la estabilidad que me hacía falta – Me responde con sus ojos brillándole como hacía tiempo que no lo hacían
- ¿Cuándo me las vas a presentar? – Le pregunto impaciente.
- Es muy vergonzosa, pero ya le he hablado de mi compañero de aventuras y está deseando conocerte

Aún no daba crédito, pero en el fondo me alegraba de que fuera feliz. Y lo dice un hombre que la había follado, que había visto como pasaba de mano en mano incluso la había visto enrollarse con otras chicas, pero nunca así, nunca en una relación.

Llegó la noche en la que habíamos quedado para cenar y conocer a su novia. La chica era muy bonita, castaña, pelo rizado, con una preciosa sonrisa y sí, tímida, muy tímida.

- Esta es Sara – Me dice Cloe
- Encantado Sara – Le respondo dándole dos besos en las mejillas

La situación me es extraña, pero estoy sereno.
Comenzamos a cenar y les pregunto como se conocieron y como acabaron siendo novias. Cloe me cuenta que en una disco dentro del mismo grupo de personas comenzaron a tontear entre las dos en plan baile sexy y caliente. Que fueron a los baños y que continuando el juego se besaron en los labios y que a los pocos minutos estaban morreándose… y hasta hoy.

El vino hacía su típico efecto y ellas dos tomando la última copa, estaban agarradas de la mano, contándome las dificultades propias de un romance casi secreto. Los chupitos del final en el sofá, acabaron con la timidez, y los besos en las mejillas y los picos en los labios, se hacían más frecuentes. No oculto que mi excitación iba en aumento, al igual que la intensidad de sus besos.

Entre risas y anécdotas comenzamos a contarnos historias pasadas, los novios y novias de Sara, mis novias, los juegos con Cloe, Sara quería saber por que nunca habíamos sido pareja, Cloe le respondió lo que ya sabéis todos:

- Nos gustaba mucho el sexo esporádico, no hubiéramos acabado bien –

Era la verdad, no podríamos haber sido nada serio sabiendo que al día siguiente podríamos estar compartiéndonos con otras personas.


Entonces encendí la chispa:

- ¿Tu podrías compartirla? – Le pregunté a Sara.
- No, creo que la quiero demasiado – Respondió dándole un sonoro beso en los labios
- Esa época creo que ha muerto – Me dice Cloe

Me gusta ver a dos mujeres juntas, de la mano y dándose besos en el sofá de mi salón y como ya sabéis, me gusta jugar con la palabra y el sexo.

- ¿Y hasta donde habéis llegado ya? – Pregunto lo más serio que puedo

Cloe y Sara se miran y un leve color rosado aparece en sus mejillas

- Creo que de todo ya – Me dice Cloe
- Yo creo que también – Corrobora Sara

Sigo jugando

- ¿Pero todo es todo?: Sexo oral, juegos con juguetes… ¿Todo?

Las dos estallan en una carcajada, y asienten.

- Hace unos días nos ha llegado un dildo que se ata a la cintura y hemos pasado toda una noche usándolo… aunque la verdad, preferimos nuestros propios cuerpos – Me dice Cloe como si me estuviera hablando del tiempo.


Me empiezo a sentir raro y mi entrepierna apretada.

Cloe me conoce, me conoce demasiado y sabe por donde van los tiros y Cloe puede haber cambiado de orientación sexual, pero en ningún momento de gusto por el sexo.
Hay un silencio incómodo en el salón.
Cloe se revuelve y tomando a Sara por la cara le planta un morreo largo y sonoro. Sara le corresponde, pero con los ojos abiertos, atenta a la situación.
Desde luego que mi postura cambia, apoyo mi espalda en el respaldo y abro mis piernas. Cloe me ve y no para de besar a Sara, que después de varios segundos se separa de ella.

- Mi vida, me estás poniendo… ¿Qué haces? – Le dice en voz baja, tímida y cariñosamente
- Quiero demostrarle que no juego y que te quiero – Le responde

Hay momentos en que lo mejor es solo observar y no abrir la boca. Eso hago, y la estrategia resulta más que buena.

Sara arrebatadoramente pasional, le come la boca a Cloe, que devuelve esa pasión rodeando la cintura de su novia. El beso se alarga por minutos y mi entrepierna por centímetros.

- ¿Te gusta lo que ves? – Me pregunta Cloe
- Mucho – Le respondo mirándola a los ojos como la vez que la vi entre dos hombres
- Créete que he cambiado – Me dice

Sara, turbada y colorada, acaricia el interior de los muslos de Cloe, para ella aún no existo en el salón, para ella solo esta Cloe.
Pero para Cloe, en el salón también estoy yo y sabe que me gusta y quiere demostrar cosas… cueste lo que cueste.

Cloe le abre la camisa blanca que lleva, puedo ver su sujetador y el inicio de sus pechos, Cloe baja y comienza a besarlos, suavemente, con delicadeza, como pocas veces la he visto besar algo. Sara se recuesta en el sofá y gira la cabeza para mirarme. La miro con la mejor de mis expresiones, para tranquilizarla, pero ella está muy tranquila. Sigue mirándome, como esperando algo. Tengo la sospecha de que Cloe le ha contado mucho (o todo) sobre mi, y en el salón todo el mundo espera una reacción explosiva en cadena.

Las bonitas tetas de Sara ya bailan sueltas dentro de la boca de Cloe, mientras sus manos en la cabeza de mi amiga, ayudan en su recorrido. Mi mano ya busca mi entrepierna. Cloe me ve y se separa de las tetas de Sara.

- Sácatela – Me dice
- ¿Ahora? – Le pregunto sorprendido
- Ahora – Me responde

No hemos vivido todo lo vivido juntos para que me acobarde; me la saco y en pocos segundos acabo desnudo de cintura para abajo, con mis piernas abiertas y mi polla apuntando al techo.

- Te lo dije – Puedo oír que le susurra Cloe a Sara

No puedo evitar una sonrisa y las chicas no pueden evitar volver a besarse. Ahora Cloe se despoja de su apretada camiseta y de su sujetador y la imagen de ver a dos mujeres desnudas de cintura para arriba en mi sofá comiéndose a besos, hace que mi mano busque mi polla.
El sonido de sus lenguas hace que mi excitación sea máxima.

El salón se impregna de un ambiente sexual como nunca antes. Las chicas despegan sus labios de sus cuerpos con una mirada cómplice. Se incorporan y cogidas de la mano me miran.

- Mastúrbate – Me dice Cloe

No lo pienso, no es la primera vez que Cloe me ve pelándomela, sí Sara que me mira atenta, con expresión neutra.

Mi mano sube y baja, mirándolas.

- Necesito ayuda visual – Les digo

Cloe sonríe y hace que Sara se levante delante de ella. Le desabrocha el pantalón y me deja ver sus pequeñas braguitas, para a continuación dejarme ver su pálido y bonito culo. Sara abre un poco las piernas y aún sin dejarme ver la cara de Cloe, noto como esta comienza a besarle su coño.
Con esta ayuda mi mano ya sube y baja intensamente por mi polla. Veo como Sara toma la cabeza de Cloe y la ayuda a lamer lo que esté lamiendo. Entre gemidos las rodillas de Sara comienzan a flojear y su cabeza a moverse hacia atrás. Adivino que se está corriendo en la boca de Cloe y lo confirmo cuando esta me deja verla de nuevo relamiéndose sus labios.
Sara se da la vuelta y las dos clavan sus miradas en mí. Cloe me mira como suele hacerlo, viciosa y con hambre. Sara me mira divertida y curiosa.
Cloe se acerca de rodillas, por un segundo pienso que me va a ayudar con mi paja, pero no, solo se acerca, divertida y excitada. Vuelve su cabeza hacia Sara y la invita a acercarse también. Esta acepta y algo avergonzada se pone de rodillas a pocos centímetros de mí.
La situación es extremadamente morbosa. Cloe se coloca detrás de Sara y comienza a buscar su entrepierna con sus dedos.

Yo me masturbo a mi mismo y Cloe masturba a Sara, es injusto y comienzo a pensar que esta noche puede ser mejor de lo que está siendo.

Con Sara rendida a los dedos de Cloe y a pocos centímetros de mi polla, aprovecho que una de sus manos se apoya en mi rodilla involuntariamente, para tomársela y hacer que me acaricie mi polla. Tímida, la toma con cuidado, mientras oigo el respirar de Cloe agitarse y excitarse.

Sara apenas reacciona, la sensación es confusa, fuerte, excitante, pero hace tiempo que no tiene nada así en sus manos. Cloe se acerca a su oído y comienza a tranquilizarla.

“Despacio, disfruta” le susurra mientras le mete dos dedos en su húmedo coño.

Sara le hace caso y se relaja, comienza a pajearme muy despacio, con más cuidado que pasión, lo agradezco porque estoy muy excitado y me correría enseguida. Cloe masturba a Sara y esta se deja hacer.

Me voy a correr y paro en seco su masturbación. Sara no lo tiene en cuenta y está a punto de llegar a su segundo orgasmo de la noche. Le llega y apoya su boca en mi rodilla, mordiéndola levemente cuando le llega al éxtasis.

Cloe, impaciente por no sé qué motivo, se incorpora. Con cuidado aparta a Sara de mi entrepierna y se coloca ella en su lugar. Sara que ya la conoce más que bien, le quita los pantalones y la deja desnuda delante de mi entrepierna. De rodillas y con las piernas abiertas, Sara hunde su boca en el coño de su novia, la cual apoyada en mis rodillas comienza a jadear, como solo lo hace cuando le gusta. Sara tiene más experiencia, con lo cual los gritos de Cloe son cada vez más profundos. Está tan excitada que sin darse cuenta está agarrando mi polla con sus manitas, Su boca abierta jadeante hace que mi mente divague y ansío que mi pene acabe dentro, silenciándola, pero no, aún no.
El orgasmo la aborda de golpe y entonces sí, se que a Cloe le gusta correrse con algo dentro de su boca y de golpe engulle mi polla para ahogar su grito de placer.

Parece mentira que yo no me haya corrido aún, pero esto es algo que no se vive todos los días y quiero apurarlo al máximo.
Sara se incorpora y toma la cabeza de Cloe vaciando su boca de mi polla. Las dos se levantan y se vuelven a besar apasionadamente. Las miro casi con más ternura que excitación.

Se separan de su húmedo beso y Cloe le susurra:

- ¿Te atreves?
- No sé, la verdad, hace mucho tiempo ya – Le responde Sara

Empiezo a preguntarme sobre que estarán hablando. Conozco a Cloe y sé que esto no ha terminado.
Cloe me toma de la mano y me lleva a mi habitación. Tumba a Sara boca arriba y sin mediar palabra ella se coloca encima para hacer un bonito 69 que me vuelve a excitar muchísimo. La cabeza de Cloe queda mirando hacia mi y con un gesto que ya conozco me invita a acercarme. Mientras Sara da buena cuenta del coño de Cloe, esta me coge la polla y me la comienza a chupar despacio y suavemente. Ahora mi pene está tan cerca de la boca de Cloe como del coño de Sara y empiezo a entender el plan.

A los pocos segundos de chupármela y mojármela con su saliva, Cloe hace que me ponga de rodillas y ella misma se encarga de insertar muy poco a poco mi polla en el arreglado coño, el cual caliente y muy húmedo, me la recibe con un grito de sorpresa, miedo y placer.

- Dioooosssssss, por favor – Grita Sara
- Así, mi vida, así… disfrútalo – Le responde Cloe

Mientras mi polla va entrando entera, Cloe le masajea el clítoris con su lengua. Sara no puede más y comienza a subir y bajar sus caderas suavemente, ayudándome a embestirla en cada subida. Sara por su parte, hunde su cara en el coño de Cloe, ahogando sus gritos. Los tres nos compenetramos bien, demasiado bien; tan bien que estoy a punto de correrme.
Cloe me conoce y sabe que quiere decir cada uno de mis gestos. Me toca la entrepierna y me hace parar un momento. No puedo más y mi gesto se lo hace saber.

- Espera un poco más – Me ruega, entre jadeos por el masaje que le está dando su novia en su coño.

Me separo un poco de ellas, y vuelvo a disfrutar de sus cuerpos sudorosos, retorciéndose de placer. Mis manos buscan mi polla y comienzo a pajearme rápido, ya no puedo más, quiero correrme.

Las dos se incorporan como pueden, y de la mano se dirigen de nuevo al sofá del salón.

Cloe me llama con un gesto de su mano.

Ambas se sientan en el sofá y sin falta de decir nada, las dos comienzan a masajear mi caliente y dura polla con sus bocas, juntando sus labios, rozando sus lenguas y todo esto con mi pene de invitado en medio.
Me corro, no hay otra opción.

Cloe sabe que llega el momento, me la ha chupado alguna que otra vez y me conoce; dirige mi glande hacia los pequeño pero bonitos pechos de Sara.

Un “mmmmppff” sale de mi garganta y un líquido caliente y blanco sale hacia las tetas de Sara.
Cloe estruja bien la polla, “hasta la última gota” oigo que susurra para si misma.

Una vez liberado de las manos de mi amiga, me siento a la derecha de las dos chicas.

Conozco a Cloe, tan bien….

- Ahora recuéstate que te voy a limpiar eso – Le dice a Sara

Sara, tan excitada como nerviosa se recuesta en el sofá y Cloe comienza a lamer mi semen de sus tetas.

No, no penséis que esto acaba aquí. Sara está recostada en el sofá, Cloe está de rodillas comiéndole las tetas, alimentándose de mi leche y sé que su culo y coño no se están contoneando delante de mi cara por nada.
Me incorporo un poco, lo justo para notar el calor que desprende su entrepierna.
Comienzo a comer, tengo hambre y sed, y el culo y el coño de Cloe me van a dar lo que necesito, siempre lo han hecho y no pierdo el tiempo, lamo, chupo, bebo… uno nunca sabe si esta será la última vez.

Cloe se corre en mi boca, justo en el momento en el que tengo dos dedos metidos en su coño y le estoy comiendo el culo.
Sara me mira por encima de los hombros de su novia.
Sara sonríe

A la mañana siguiente me despierto al lado de las dos chicas abrazadas, dentro de mi cama.

Voy a preparar desayuno para tres, salado.


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