1 sept 2009

Soberbia

Ser biólogo marino es lo que tiene. Te vas de viaje, estudias el agua, los peces y algunos microorganismo más y los siguientes días te los pasas haciendo turismo por el lugar. Lo malo es cuando destinan a tu equipo al Ártico.

El último estudio que nos habían asignado fue a Venezuela, a Isla Margarita. Mujeres preciosas, sol y playa al acabar la dura jornada laboral.

El equipo lo formábamos cuatro personas, los cuatro hombres y los cuatro pasando de la treintena. El más joven era yo, treinta y uno recién cumplidos, después estaba Paco de treinta y cinco, Nacho de treinta y tres y por último el director de expediciones y nuestro superior: el capullo de Julio. Engreído, rico, sabelotodo y lo que más nos jodía al resto: Soberbio.

Llegamos al lugar. Nos habíamos hospedado en una especie de pueblo que había a pocos kilómetros del punto donde teníamos que hacer el estudio. El primer día nada más llegar al punto, nos llevamos una sorpresa al ver que en los alrededores del lago había un pequeño pueblo de esquimales.

"Chicos, mientras vosotros tomáis las primeras muestras allí fuera, yo voy a dar una vuelta por el pueblo, a ver si estos ignorantes indígenas nos pueden decir algo más acerca de el clima, lluvias, etc, etc"

Los tres lo miramos mientras se subía al coche oruga y nos dejaba otra vez allí, haciendo el trabajo sucio.

"Mamón" Pensé para mi.

La jornada acabó como empezó: De día. Se hacía raro ver que aquel lugar mantenía una luz constante entre grisácea y clara.

Llegó con su coche oruga con más de diez minutos de retraso y se disculpó diciendo que había estado charlando con los esquimales, y que le había echado el ojo a la hija de uno de los lugareños.

"Menudo bombón, tendríais que verla, preciosa: Delgadita, ojos rasgados, morena de piel, pelo largo y negro, toda una preciosidad"

Sus palabras iban acompañadas de ese tono despectivo y soberbio que le hacia ser un hombre que caía mal desde que te decía hola.

Los siguientes días fueron igual que el primero: Nosotros tres empapando frío y el capullo de Julio de visita en el pueblo.

El tercer día estaba más callado de lo normal y sus palabras nos hicieron ver que algo había pasado:

- Tíos os tengo que confesar que me he enamorado – Dijo mirando a la nada mientras conducía

- De la esquimal esa? – Preguntó Paco

- Hoy estuvimos solos y después de conversar largo rato, no me pude resistir a sus ojos y la besé – dijo mirándonos, como esperando que le preguntáramos más.

- Se dejó? – Le pregunte yo

- No solo se dejó, si no que no paró; y al final… me hizo una mamada de escándalo – Dijo con la cara de soplapollas más grande que he visto jamás

- Vamos tío, eso no se lo cree nadie – Dijo Paco de nuevo

- Me la llevo a España, me ha dicho que la saque de este infierno de hielo – Dijo con cara de triunfador.

Estas palabras, unidas a su cara, hicieron que Nacho no se aguantara más y le soltara:

- Mira tío, como puedes ir vacilando de eso, además que coño te vas a llevar a una tía así, conociéndola de solo tres días? -

- Pues no sabéis lo mejor…… Tiene solo 19 añitos – Soltó Julio, y golpeando el volante como un tonto, se comenzó a carcajear.

Dicho y hecho. Después del sexto día, Julio apareció en el hotel con sus maletas y su nueva novia.

En una cosa no se había equivocado, la chica en cuestión era toda una preciosidad.

Piel morena y suave, pelo largo, liso y negro como el carbón, ojos achinados. No muy alta, pero si bien formada, bonitas curvas y proporcionada. No, no nos había mentido, su nueva novia era espectacular.

- Chicos, os presento a Anuk – dijo Julio con su cara de "soy el mejor"

La chica hizo una leve reverencia y sonrió. La verdad que era toda una preciosidad

Nacho, Paco y yo sonreímos como pudimos y la saludamos con más frialdad que entusiasmo, quizás debido al novio que tenia que a lo que su belleza merecía.

En el avión de vuelta, los dos novios no pararon de tocarse, besarse, decirse cosas al oído. Incluso les vimos ir juntos al baño dos veces.

No lo voy a negar, independientemente de que Julio sea gilipollas, a los tres nos podía la envidia. Solo pensar que ese capullo se estaba beneficiando a esa preciosidad, hacía que lo odiara aún más si cabía.

El sentimiento era recíproco, ya que en el largo viaje, ninguno de nosotros tres abrió la boca para nada. El ambiente era más bien espeso.



Ya en la ciudad y pasados dos meses desde nuestro regreso, recibí un SMS a mi móvil

"Me caso amigos, con Anuk. Es la mujer de mi vida

y no puedo vivir sin ella. Os haré llegar las invitaciones"

Vale, ahora si lo había visto ya todo. El soberbio, el ligón, el "casanova", el soltero de oro, se nos había enamorado.

Las invitaciones llegaron y con ellas la boda.

Baile, tarta, Rols royce para los novios, vamos que la Preysler hubiera estado la mar de a gusto en aquella campiña rodeada de grandes hombres de negocios y sus lujosos trajes y vestidos.

Luna de miel a la Polinesia francesa y a la vuelta, quedada para ver en su pantalla de plasma las fotos digitales de su viaje.

Playas paradisíacas, habitación del hotel a todo lujo, vamos un verdadero viaje de placer.

Lo que cortaba la respiración eran las fotos en top less de Anuk. La joven era preciosa de verdad, unos pechos perfectos una piel morena, su cintura, su carita, sus ojos, todo en ella era digno de alabanza.

Después de ver las fotos, nosotros tres solo teníamos ojos para Anuk, que sonreía y se portaba de un modo muy amable y tierno con los tres.

Julio se fue a la cocina a preparar no se que plato hecho de migas y hojaldre, Anuk le estaba acompañando y nosotros tres nos quedamos solos con nuestras botellas de vino.

- Le verdad es que la chiquita esta de muerte no creéis? – Pregunto Paco con cierta malicia.

- Si, es una preciosidad – Respondí yo aguantándome una carcajada al ver como Nacho intentaba buscar en el PC de Julio las fotos de Anuk con los pechos al aire.

- Os voy a decir algo – Dijo Nacho sin mirarnos y aún buscando las fotos – Sabíais que hay una tradición esquimal que dice que los invitados a sus casas tienen derecho a tirarse a su mujer? -

Paco y yo no pudimos contener por más tiempo la risa y estallamos en una sonora carcajada.

- Listillos, si estáis intentando buscar los pechos de mi mujer daros prisa, que queda poco para la cena – Grito Julio desde la cocina

Nacho abrió en la pantalla del PC la foto que estaba buscando.

Anuk de rodillas en la arena blanca, con las manos en su nuca, levantando su negro pelo y con sus dos perfectos pechos apuntando hacia el paraíso.

- Que se vaya a la mierda, voy a probarlo y si cuela, coló – Dijo Nacho cerrando la foto, advirtiendo que venia Julio con su mujer.

Paco y yo nos miramos y no entendimos estas últimas palabras de nuestro amigo.

La cena transcurrió escuchando los chistes malos de Julio, los avances en castellano de Anuk y la soberbia de su marido con respecto a lo bien que follan las esquimales. Este último apartado, por supuesto sin que su joven esposa entendiera nada de lo que su, cada vez más borracho marido, decía.

- Mirad, os confesaré algo: es elástica hasta el punto que cuando la tengo a cuatro patas delante de mí puede llegar a rodearme con sus piernas y seguir follándomela solo apoyando sus manos en el colchón. Es una autentica diosa del placer – Dijo acariciando el mentón de "su" Anuk.

"No aguanto más a este imbécil" Pensé mirando de nuevo a la inocente Anuk, que a estas alturas ya había bebido también un poco más de lo que su pequeño y supuestamente elástico cuerpecito podía aguantar.

Julio se retiró dando tumbos a la cocina a buscar no se qué.

Nosotros tres nos quedamos en la mesa junto a Anuk.

- Vosotros ser muy buanos amigos, los mejores que Julio tiene. Yo soy ahora amiga tuyas también - Dijo la joven esquimal en el mejor español que las clases y el alcohol podían dejarla hablar en esos momentos.

Nacho nos miro, dejó la copa de vino en la mesa y acercándose despacio a la joven, le dijo en ingles:

- Aún conserváis la costumbre de que la mujer atienda a los invitados del marido?

Paco no pudo escuchar nada, pero yo si, y mi cara de sorpresa solo hizo que Nacho sonriera maliciosamente al mirarme.

Anuk, dejo su copa de vino y miro a Nacho a los ojos y dijo en un perfecto ingles:

- Allí si, pero se que aquí eso no es una tradición -

A lo que Nacho devolviéndole la mirada, contestó:

- Pero tu eres de esquimal y Julio nos ha dicho que en la cama eres una experta, así que queramos saber si es cierta la costumbre y si es cierto lo que tu marido dice de ti, sin importarle lo más mínimo lo que opinen sus "mejores amigos" de su esposa -

Los ojos de Anuk se llenaron de ira.

La mano de Anuk, voló por el aire en busca del rostro de Nacho

La rapidez de Nacho se hizo patente en la detección del movimiento y de su capacidad para contenerlo.

Anuk iba a gritar y todo esto se iba a convertir en una locura. A mi personalmente, no me importaba lo más mínimo las consecuencias que con respecto a la amistad de Julio pudiera acarrear la discusión. Pero si me preocupaba las consecuencias de lo que pensaría y ocurriría con Anuk.

Esta buscó a Paco, que estaba atontado viendo lo que se había montado en un momento y seguidamente la joven me miró a mi también llena de odio.

- Anuk – Le dije en ingles – Lo que ha dicho Nacho es cierto, tu marido ha estado toda la noche presumiendo de tus dotes de amante sin ningún reparo hacia ti.

Anuk bajo la mano y dejó de forcejear con Nacho. Este a su vez, visiblemente arrepentido la miro pidiendo perdón con sus ojos.

Julio volvió con los postres.

Ninguno de los cuatro los tocó. Todos teníamos las miradas perdidas y pensando que había pasado hacia escasos minutos.

Julio, que en su leve borrachera ni se había dado cuenta del ambiente de tensión que había en el comedor, se levanto para buscar algo entre los CDs de su escritorio.

- Julio, voy a enseñarles a los chicos los regalos que le hemos traído del viaje – Dijo secamente Anuk.

- Sin problema cariño, están en la sala de la TV – Dijo julio mientras seguía buscando algo.

Anuk se levantó y nos condujo hasta la otra punta de la casa. En la "Sala de la TV", había un gran sillón y otra TV de plasma. Decorada con simplicidad, el precio de todo lo que había en esa habitación daría para dar de comer a media India.

- Sentaros en el sillón – Nos indicó Anuk a los tres.

Obedecimos.

No se puso a buscar nada.

Solamente se quedó de pie delante nuestra y con un suave movimiento, se quito el pantalón corto que tenia de estar en casa.

Nuestras caras..... bueno nuestras caras no tengo ni idea de la pinta que tenían, yo solo se que la chica tenía unas de las más bonitas piernas que yo haya visto en toda mi vida, que no usaba ropa interior y que su segundo movimiento fue el de quitarse la camiseta que llevaba puesta.

Decididamente, no llevaba ropa interior.

- Ahora vais a ver si soy tan buena follando como dice el estúpido de mi marido – Dijo con una de las caras más viciosas que yo recuerde.

Nacho fue el primero.

Anuk se acerco a el totalmente desnuda y agachándose le abrió el pantalón que llevaba, con un movimiento ágil, saco su pene y arrodillándose delante de el, comenzó a pajearlo mirándolo con deseo. Nacho se recostó hacia atrás y con un suspiro cerró los ojos y puso una de sus manos en la morena cabellera de la joven esquimal.

El efecto de la boca de Anuk en el pene de Nacho no tardo en surgir el efecto deseado. La chica le estaba haciendo una mamada de escándalo y su mástil estaba ya completamente erecto.

Paco y yo mirábamos la escena sin saber muy bien que hacer. La situación era difícil, por que la ira hacía que una jovencita estuviera chupando una polla, que seguro no iba a ser la última; pero la soberbia de Julio, hacia que no nos importara mucho que se llevara esta cornamenta.

Cuando Anuk vio que la polla de Nacho estaba absolutamente tiesa y lubricada, le tomo de los pantalones y se los quito con suma facilidad.

La verdad que la chica parecía de verdad toda una experta y privilegiada en estas cosas.

Sin pensárselo dos veces, se incorporó y girándose para darle la espalda a Nacho, se abrió de piernas y tomando su falo, bajo hasta introducírselo en su sexo.

Nacho solo podía gemir y respirar entrecortadamente.

Anuk miró a Paco y este, como un resorte, se levanto, se abrió los pantalones y se puso delante de ella.

Ella lo acercó tomándolo por las nalgas, y bajando su ropa interior y sin dejar de cabalgar encima de la polla de Nacho, comenzó a chupar el ya bastante duro sexo de Paco.

Este me miraba a mi, como buscando una complicidad. Pero la complicidad la encontró en una mamada salvaje que la morena le estaba dando. Su movimiento de cabeza, era tan salvaje como las embestidas que a su vez le estaba dando Nacho, que ya estaba sobando los perfectos pechos de Anuk.

Yo no pude más y abriéndome la cremallera de mis vaqueros, saque mi sexo y comencé a masturbarme viendo como mis dos colegas de trabajo, daban buena cuenta de esa preciosidad.

Pero al parecer, la preciosidad no tenía bastante.

- Ven -

Pudo decir sacándose el sexo de Paco de su boca.

No lo pensé.

Los gemidos de mis dos amigos, me decían que esta chica era tan buena como su estúpido y soberbio marido nos había dicho sin que ella lo entendiera.

Me levante, me despoje de mis pantalones y boxers y me puse al lado de Paco.

Anuk, dejo el mástil de mi amigo y con una gran facilidad, se introdujo el mío en su boquita.

Mientras Nacho seguía penetrándola, ahora Paco comenzó a lamerle y chuparle los pechos, mientras ella me hacia una de las mejores mamadas de toda mi vida.

- Me voy a correr tía – Dijo Nacho entre un gemido y una respiración.

Anuk entendió lo que Nacho quiso decir y paro de cabalgarle.

Se vació de el y separándose de las tres duras y lubricadas pollas que le rodeaban, tomó mi mano y con un gesto de necesidad, me tumbó en la alfombra que decoraba el suelo.

Poniéndose encima mía, se introdujo mi sexo en el suyo, entrando con una facilidad pasmosa. No se movió y llamo a Paco. A este le colocó detrás de ella y con gestos le indicó que quería que se la metiera.

- Joder, y ahora por el culo… tengo, tengo, tengo que lubricarla antes. – Dijo Paco bastante nervioso.

Paco, supongo que entregado a la sesión de sexo y cegado por su calentura, se olvido que mi polla estaba dentro de la joven. No le importó. Saco su lengua y jugándose el tocar mi sexo, a escasos centímetros, comenzó a lamer el culo de Anuk.

Anuk, ahora si estaba gozando.

Su respiración y movimientos comenzaban a ser muy exagerados.

Paco no pudo más y separándose del moreno y precioso culo, lubrico su pene y se acerco a su objetivo.

Sus palabras no nos dejaron ninguna duda.

- Hostiasssss, que bien entra!! -

Nacho ya no podía más y se puso delante de la boca de Anuk. Esta sin pensarlo y entre gritos de placer ya sin control alguno, comenzó a chupar aquella verga que Nacho le ofrecía.

Por un momento un pensamiento lúcido atravesó mi mente: "¿Pero donde esta el gilipollas de Julio?"

No es que en estos momentos ya me importara mucho que nos fuera a pillar follándonos a su novia, pero la curiosidad me había picado, solo por unos segundos.

Anuk, aún no se como, apoyándose con sus manos en el suelo, logró rodear con sus piernas la cintura de Paco, que aún estaba metiendo su mástil por el ano de la joven.

La sensación de ver a la pequeña esquimal en el aire, apoyada solo con sus brazos en el suelo y ensartada por nosotros, siendo una marioneta entre tres hombres, a nuestra disposición, dejándose llevar por los movimientos de tres vergas dentro de su cuerpo, hizo que el orgasmo se me adelantara.

Con un grito, que intenté ahogar con todas mis fuerzas, me corrí. Seguido de mi acabo Nacho, que dándoselo a beber, hizo que Anuk, soltara un grito gutural cuando ella llegó a correrse. Paco comenzó a temblar y sacando su pene del estrecho agujero de nuestra amante, se corrió dejando un surco de leche blanca en la morena y brillante espalda de la joven.

Dejándose caer sobre nosotros, Anuk absolutamente abatida levanto la cabeza y miro al marco de la puerta.

- I’m the best fucking… that’s right mi little husband? – Dijo Anuk casi sin poder respirar.

- Hija de puta, hijos de puta... ¿pero que habéis hecho? – Dijo Julio desde el marco de la puerta, con las manos en la cabeza.

Nosotros tres, como pudimos, nos separamos del sudoroso cuerpo de Anuk y tomamos nuestras ropas, intentando taparnos con ellas.

Fue Nacho el que comenzó a caminar hacia fuera de la habitación y parándose al lado de Julio le dijo al oído.

- Me encanta que mantengan ciertas costumbres estos ignorantes pueblos indígenas -

Julio apenas podía reaccionar, estaba mirando el cuerpo desnudo de su mujer, tumbado en la alfombra y absolutamente adormecida y relajada.

Anuk abrió sus ojitos negros y orientales y dijo en su perfecto ingles:

- Eres un soberbio, jódete -

Al salir por la puerta del piso, creo que escuché a Julio sollozar.

"Siempre fue un gilipollas"

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